Por Roberto Leiva
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Su fantasma continúa acechando nuestro planeta y, si bien es cierto que no existen pruebas suficientes de su existencia real, son muchas las teorías que afirman que en los últimos años se ha registrado un peligroso acercamiento que podría desembocar en una hipotética devastación global. Para la ciencia el Nibiru, también conocido como el duodécimo planeta o el planeta X, aparecería como una especie de ilusión óptica o una versión inverosímil de seudoinvestigadores y en ningún momento lo reconoció como uno de los planetas que gira alrededor de nuestro Sol.
Sostienen los científicos que las persistentes declaraciones acerca de un planeta cercano pero invisible son simplemente absurdas y, desde los distintos foros, alertan sobre una estrategia habitual para confundir y alimentar el mito de su existencia. Sin embargo los representantes de los sectores que tienen que ver con una investigación más específica del espacio y los orígenes de la vida refieren que su presencia configura un hecho de gran importancia para el pasado y futuro de la humanidad. Aquellos que alientan la veracidad de estas teorías se remontan a las profecías de miles de años y explican que los astrónomos y científicos del mundo realizan en la actualidad un seguimiento de Nibiru, aunque advierten a la vez que esta información se mantiene oculta. De acuerdo a estos mismos datos, ya en 2009 Nibiru era visible a simple vista desde el hemisferio sur.
La idea madre
En 1976, el ya fallecido escritor azerbaiyano Zecharia Sitchin levantó una gran controversia con la publicación de “El duodécimo planeta”. En este y en sucesivos libros, Sitchin presentó sus traducciones de antiguos escritos sumerios que contaban una historia increíble sobre los orígenes de la humanidad en la Tierra, una historia muy diferente a la usualmente explicada. Los antiguos textos cuneiformes, algunas de las escrituras más antiguas conocidas que datan de hace unos 6.000 años, explicaban la historia de una raza de seres llamados anunnaki. Sitchin aseguraba que los anunnaki vinieron a la Tierra desde un planeta de nuestro sistema solar llamado Nibiru. Además consideró que las civilizaciones antiguas tuvieron contacto con extraterrestres.
¿Un riesgo real?
La órbita de Nibiru alrededor del Sol es muy elíptica, según los libros de Sitchin, ubicada más allá de la órbita de Plutón en su punto más lejano. Este presunto planeta tardaría 3600 años en completar un recorrido orbital, con los efectos de gravedad de un planeta grande moviéndose cerca sistema solar interior. Creen que podría causar grandes anomalías en las órbitas de los otros planetas, incluida la Tierra, y perturbar el cinturón de asteroides. De hecho, la historia anunnaki dice que Nibiru fue responsable de la gran inundación que quedó registrada en el Génesis, durante la cual se extinguió casi toda la vida de nuestro planeta. Algunos investigadores van aún más atrás y sospechan que Nibiru incluso impactó contra la Tierra hace millones de años, creando así el cinturón de asteroides y dando lugar a las enormes océanos de nuestro planeta.
La fantástica historia del décimo planeta.
Manipulación genética La historia de los anunnaki es uno de los grandes misterios propuesto por los libros de Sitchin. Hace unos 450.000 años, Alalu, el gobernante de los anunnaki en Nibiru, escapó del planeta y se refugió en la Tierra, donde descubrió gran cantidad de oro, necesario para Nibiru en la protección de su ambiente decreciente. Empezaron a extraerlo, lo que desencadenó una lucha política entre los anunnaki por el poder. En su necesidad de mano de obra, los anunnaki decidieron crear una raza de trabajadores manipulados genéticamente, basados en los primates del planeta. El resultado fue el Homo sapiens. Con el tiempo, la soberanía de la Tierra fue entregada a los seres humanos y a los anunnaki, al menos por un tiempo. Esto es solo el principio de nuestra verdadera creación según Sitchin, quien relaciona los antiguos escritos sumerios con las historias de los primeros libros de la Biblia y las historias de otras culturas antiguas, especialmente la egipcia. Por supuesto, la mayoría de los historiadores, antropólogos y arqueólogos considera que todo se trata de un simple mito sumerio. Pero aunque los supuestos expertos afirmen que solo constituye una trascripción errónea de la realidad, Sitchin “abrió los ojos” de muchas personas, incluidos algunos científicos que creen que Nibiru es toda una realidad.