Translate

jueves, 27 de mayo de 2010

SE MULTIPLICAN LOS SITIOS WEB QUE FOMENTAN EL ODIO

La Fundación Simon Wiesenthal denuncia que en unos 10.000 sitios Web se promueven el odio y la discriminación, principalmente a través de Facebook, la red social más importante, hoy por hoy.

La situación sobre la que alerta esta Fundación es que, en cuanto tienen respuesta a sus peticiones y consiguen que se den de baja a los agresores, sus ataques ya han sido copiados, replicándose en una escalada a la que adjetivan como imparable.

Noticia comentada en estos días, una niña publicó una página incitando al odio contra una condiscípula. Los directivos de la escuela a la que asisten ambas emitieron una declaración, acertada y valiosa, tanto como tener en cuenta. Cito de memoria.
Internet y sus herramientas de comunicación fueron creadas para que el hombre progrese, se perfeccione y pueda construir nuevos modos de vincularse. Con tal fin son inestimables. Pero estamos expuestos a su uso indebido. En ese sentido, lo que más lamentamos es el acceso de que disponen los niños cuando se da, en muchas ocasiones, sin compañía, guía ni contención de los adultos a su cargo.
El problema para erradicar los sitios de odio, es que se los corre de atrás. Esto es, se lanzan al ciberespacio, se los detecta, se denuncian... y pasa mucho tiempo hasta que este flagelo esté erradicado. Y esto es en el mejor de los casos. Otros encaran la diatriba con más diatriba, las difamaciones con más difamaciones, los insultos con más insultos.
La mejor propuesta que conozco para neutralizar estas negatividades es una propuesta positiva. Puntualmente, tengo en cuenta la actitud de Sigmund Freud, Sigi. Recibió muchas detracciones en su vida, mejor cabe decir, le lanzaron muchas agresiones infundamentadas, emocionales, viscerales y unas pocas críticas serias. Nunca las contestó. Sin embargo, se informaba de todas ellas. Cuando consideraba inteligente un ataque, propio de alguien que había leído su obra y tenía fundamentos para opinar, Sigi escribía un trabajo al respecto, obvia respuesta, pero sin mencionar la crítica lanzada, sino que continuaba su trabajo anterior, el que había recibido la embestida. Su obra perdura y se enseña en todas las universidades del mundo. De sus criticones heridos en su narcisismo, no tenemos recuerdo ni noticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario