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miércoles, 31 de diciembre de 2014

La carta conque Francisco respondió a Roberto Piazza


Sábado, 27 de diciembre de 2014 | 24:28
El Sumo Pontífice se interesó por la historia del diseñador y le contestó una carta que el mismo modisto le escribiera a Francisco, semanas atrás.
En la carta, el sumo pontífice le explica al diseñador de modas, el trabajo que viene realizando la comisión para la tutela de los menores que constituyó a principio de 2014 en el Vaticano.

“Las huellas que el abuso de menores deja en las víctimas son como para a gritos“, manifestó el santo padre en la carta que el diseñador compartió a través de sus redes sociales, y felicitó a Piazza por el trabajo que realiza junto a su Fundación.

 “Sr Roberto Piazza.

 Ayer recibí su carta del pasado 28 de noviembre junto con el rosario, el libro y el cd. Muchas gracias. Que el señor le retribuya su delicadeza. El rosario es muy bello. Leeré el libro y escuchare el cd.

Precisamente en estos días está reunida en esta casa Santa Marta la comisión para la tutela de los menores que constituí a principios de año. El trabajo principal es prevenir el abuso sexual infantil. Están trabajando bien. Las huellas que el abuso de menores deja en las victimas son como para llorar a gritos. Lo felicito por el trabajo que usted hace en este campo.

Le deseo una Feliz y Santa Navidad, que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Mis saludos a Patricia: canto maravillosamente. Y, por favor, no se olvide de rezar por mí.

Fraternalmente, Francisco”

Emocionado, Piazzar expresó: “No solo me da un abrazo fraterno para que callen la boca muchos, sino que me pide que rece por él. Estoy emocionado y ya me iré para Roma pronto“.

Y siguió: “Estoy muy feliz porque me respondió la carta privada que yo le mandé con algunos obsequios, como un rosario de Federico Merlo, mi libro, un cd, y una carta mía de más de 5 hojas, y demás cosas privadas para el bien de todos no para mí. Y él me escribió”.

“¡Estoy feliz, muy feliz!  En verdad me siento realmente elegido sin dar nada a cambio, solo amor en sus palabras y apoyo por mis pedidos y demás cosas privadas. ¡Ojo! por y para todos, ya sabrán, porque aquí empezó una nueva etapa“, concluyó Piazz
Carta recibida ayer desde el Vaticano, escrita por el Papa Francisco. https://t.co/p1ew4R47ph
— Roberto Piazza (@RPiazzaOficial) diciembre 24, 2014
de
http://www.primiciasya.com/

Roberto Piazza hablando de la carta que le escribió Francisco



HACIA UN PROTOCOLO PARA VÍCTIMAS DE ABUSOS  


La noticia replica en todos los medios de comunicación de nuestro país.


Encontrarás el enlace al video citado cliqueando el título siguiente





Roberto Piazza habló de la carta que le escribió Francisco

El estilista contó la emoción que sintió al recibir una respuesta escrita a puño y letra del Papa felicitándolo por su lucha contra el abuso




Roberto Piazza le escribió una extensa carta a Francisco, según contó, de diez páginas. "Cuando le mandé la carta, también le mandé mi libro, un rosario y el CD que canto con Patricia Sosa", aseguró en diálogo con Infama. Pero en lo que el estilista jamás pensó fue en una respuesta, y menos del Sumo Pontífice.
"Recibo un sobre enorme y pienso: ¿qué será? No le di importancia porque estaba hecha una yarará con los problemas de la empresa argentina. Luego me separo del grupo, la abro y había una carta chiquita escrita a mano con tinta china y pluma", relató.
"El día que llegó la carta no la podía leer. Le dije a Walter: "léemela vos". Se me trataba la voz (...) Yo soy muy católico y para mí el Papa es fabuloso", manifestó.
Pero, ¿qué le impulsó a escribirle a Francisco? "La necesidad genuina fue ser conocido por el hombre más importante del mundo. Yo no soy de idolatrar porque para mí no hay ídolos. Yo necesitaba que me escuche, que me lea. No le pedí que me responda ni nada porque nunca le pedí nada a nadie, ni plata al Gobierno", dijo y además agregó enfático: "Estaba con una decepción importante y hoy me siento de acero".
Francisco, en la carta, felicitó a Piazza por el aporte que realizó a partir de sus denuncias logrando la imprescriptibilidad de los delitos sexuales para que se pueda denunciar a los abusadores aunque haya pasado mucho tiempo: "Las huellas que el abuso de menores deja en las víctimas son como para llorar a gritos. Lo felicito por el trabajo que usted hace en este campo. El trabajo principal es prevenir el abuso sexual infantil. Están trabajando bien", escribió Francisco.
Piazza confesó que le "ha costado toda la vida la atención de todos" pero que ahora es diferente: "Hoy voy por la calle y siento que la gente me quiere más".

de
http://www.infobae.com

lunes, 29 de diciembre de 2014

Cromañón nos pasó a todos

de
http://www.telam.com.ar/
a 10 años

Realizan un encuentro musical para recordar a las víctimas de Cromañón

Bajo la consigna "Cromañón nos pasó a todos", cientos de jóvenes se concentraron en la Plaza de los Dos Congresos, en el marco de un festival musical organizado por la "Coordinadora Cromañón", para conmemorar el aniversario de la tragedia que costó la vida a 194 personas.


Al encuentro, que contó con el aval de la Subsecretaria de la Juventud y los ministerios de Cultura y Desarrollo Social, asistieron también representantes de los Cascos Blancos que colaboran con la CC en la realización de cursos para jóvenes de Reanimación Cardiopulmonar (R.C.P).

"Esto es para que no vuelva a pasar, tiene que ver con hacerse cargo de ayudar a que todo el público tome dimensión de lo que significó Cromañón", dijo a Télam Facundo Tignanelli, subsecretario de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

"Y no solo tiene que tomar conciencia la sociedad, si no también las autoridades locales, que tienen que ejercer un control efectivo, y los empresarios que tienen que hacer las inversiones correspondientes", apuntó el funcionario.

La Chilinga, los Pérez García, Jóvenes Pordioseros y Un Segundo es Demasiado fueron algunas de la bandas que sonaron durante reunión realizada frente al Congreso de la Nación y en el marco de una tarde-noche de calor agobiante con temperaturas superiores a los 30 grados.

"Estoy acá para recordar a mi hijo y para pedir que no vuelva a pasar lo que ocurrió hace diez años en Cromañón", dijo a Télam Marta, madre de Sofia, una joven fallecida durante la tragedia del boliche del barrio de Once.

"Aguanten los pibes de Croñañón" fue la frase de Andrés al recordar a sus amigos fallecidos en aquella trágica noche del 30 de diciembre de 2004.

Por su parte Melisa, una de las sobrevivientes del incendio, contó a Télam que "todavía" carga con las "secuelas físicas y psíquicas" que tuvo que soportar aquella noche.

"Tengo la esperanza de que nada de aquello vuelva a suceder", dijo la joven que al momento de la tragedia contaba apenas con 17 años.

"Aquella noche quedará plasmada en nuestra retina y en nuestra memoria por el resto de nuestras vidas. No solo por la experiencia traumática y dolorosa, sino también por la muestra de valentía y solidaridad que caracterizó a Cromañón", señalaron los organizadores en su convocatoria.

La frase guarda relación con los datos oficiales de la justicia, que señalaron que el 40 por ciento de los jóvenes falleció por volver a ingresar reiteradas veces al local de Cromañón para rescatar a sus compañeros que habían quedado atrapados.

La Coordinadora Cromañón destacó además la sanción de la Ley de Reparación Integral que beneficio a sobrevivientes y familiares de victimas de Cromañón a través de programas especiales de salud, educación e inserción laboral.

Toda la Típica en el bandoneón de Leopoldo Federico

Ayer publiqué el enlace a Yuyo Verde, en una serie de posts sobre Leopoldo Federico. Escucharlo es escuchar toda la Típica del tango, así la elegí. Y hoy esta nota de La Nación rescata las resonancias de su bandoneón, poniéndole palabras a los sentimientos que despertó el maestro con su música.  

1927-2014

Leopoldo Federico: toda la Típica sonaba en su bandoneón

Por   | LA NACION
Leopoldo Federico era un milagro: el milagro del tango. En los últimos años nos habíamos acostumbrado a verlo llegar a los lugares inclinando la cintura, como si estuviera por ponerse a rezar. Cuando tomaba el bandoneón en sus manos, Leopoldo se transformaba. Sufría una visible metamorfosis. Ya nada le dolía. Lucía erguido, rejuvenecido y tocaba siempre como si fuera la última vez. Se ladeaba, atacaba cada nota y en cada fraseo Leopoldo Federico parecía que se estaba jugando la vida. No se guardaba nada. Eso decía, lo aprendió de Ástor Piazzolla, con el que tocó en el Octeto Buenos Aires. «Bajá la cabeza y apretá a fondo. No toques para adentro porque tenés miedo». "Así aprendí a tocar de frente, a jugarme la vida como lo hizo Astor", recordaba Leopoldo en el programa Encuentro en el estudio. Había empezado a tocar el bandoneón a los 12 años. Tenía 87, seguía al frente de la Asociación Argentina de Intérpretes y quería seguir tocando el fueye con su orquesta típica. Su cuerpo dijo basta tras más de una década de dolencias físicas. Igual, Leopoldo siempre fue para adelante con su bandoneón. Estaba internado en el Sanatorio de la Trinidad. Falleció a la madrugada. Sus restos fueron velados en la Legislatura porteña.
Leopoldo fue el otro bandoneón mayor de Buenos Aires. Tocó con los grandes directores del cuarenta y cincuenta, que definieron un estilo dentro de la tradición y la vanguardia orquestal del tango: Alfredo Gobbi, Mariano Mores, Carlos Di Sarli, Horacio Salgán y Astor Piazzolla en el Octeto Buenos Aires. Todas esas escuelas y ese sonido los volcó a su propia orquesta en 1958: su gran obra como director, compositor, arreglador e intérprete.
Con esa formación siguió tocando hasta sus últimos días y fue su gran empresa artística. No era fácil sostener una orquesta en estos tiempos. Leopoldo Federico lo hizo como un símbolo y un gesto que dio sus frutos. Las nuevas orquestas de los últimos quince años crecieron gracias a su influjo, determinación e inspiración creativa. Cada vez que tocaba en vivo la orquesta de Leopoldo Federico era todo un acontecimiento. La formación con la que llevaba más de medio siglo de vida fue el gran bastión, el ejemplo visible de cómo sonar tradicional y contemporáneo: en su bandoneón sonaban Maffia, Troilo y Piazzolla.
Para llegar a ese punto culminante de su genio creativo como intérprete y director, Leopoldo pasó por algunas de las experiencias más importantes de su vida. Debutó con la orquesta de Adamo-Flores en el teatro Tabarís. Era un pibe: tenía 17 años. A partir de allí su carrera fue en ascenso. El temperamento de su interpretación lo llevó rápidamente a codearse con los maestros que admiraba desde que empezó a estudiar con Félix Lipescker, Carlos Marcucci y Francisco Requena. En el 44 ya hacía sus primeras grabaciones para la orquesta del maestro Juan Carlos Cobián. Dos años después, Osmar Maderna lo llama para ser el primer bandoneón de su conjunto de estrellas. Volvió a ser primer bandoneón en la orquesta de Horacio Salgán, donde estuvo de 1950 a 1952, y después de armar su primera agrupación con la dirección compartida con Atilio Stampone lo llamó el cantor Julio Sosa para dirigir su orquesta en el momento de su explosión popular hasta su muerte, en 1964.
"Salvo alguna excepción, toqué con todos. La historia mía la conoce todo el mundo, pero tuve la suerte de estar con orquestas de la categoría de Salgán, que duré como cuatro años; la de Maderna, que fue como tocar con Caló, y alcancé a estar un tiempo con Piazzolla en el 46 y el Octeto Buenos Aires. Además de mi paso por las agrupaciones de Gobbi, Di Sarli, Cobián y seguro que cuando te vayas me voy a acordar de otras. He tenido todas. No me puedo quejar. Si pudiera hacer una repetición de mi vida sería igual. Elegiría otra vez el tango, porque es una música que resiste todo. Nada más que agregaría a Troilo y Pugliese a mi lista, porque me quedé con las ganas de tocar con ellos."
No era un autor prolífico, aunque dentro de sus cincuenta obras se encuentran piezas fundamentales e icónicas que marcaron a la generación del 55 del tango, como "Cabulero", que el propio Piazzolla rebautizó "Neotango", y "Sentimental y canyengue", que grabaron Salgán y Pugliese, cumpliendo uno de los sueños del bandoneonista.
Como arreglador e intérprete, Leopoldo dejó obras memorables en diferentes formaciones que fueron objeto de estudio para los músicos que vinieron después, como los solos a dos bandoneones en "El marne", en la grabación del Octeto Buenos Aires para el sello Discjockey (1954), o la versión de "La última cita", de Bardi, con el trío que conformó junto al pianista Osvaldo Berlingieri para el disco Siempre Buenos Aires (1970).
También sus grabaciones con el Cuarteto San Telmo son antológicas. Esa formación buscaba recrear la agrupación de bandoneón, guitarra, guitarrón y contrabajo que había tenido Troilo en la década del cincuenta. En reemplazo de Pichuco estaba Federico. El resto de los integrantes eran los originales: Roberto Grela, Ernesto Báez y Rafael del Bagno. El bandoneón de Federico brilla en ese conjunto en las versiones de "Amurado", "A la guardia nueva", "El pollo Ricardo" y "El africano".
Pero fue en su orquesta donde Federico encontró su espacio natural para dejar su legado, su escuela instrumental. Su versión de "Danzarín", de Julián Plaza, es inigualable. Porque cuando Leopoldo tocaba parecía que toda la orquesta sonaba dentro de su bandoneón.
En la jerga se decía que Federico literalmente se llevaba de atropellada toda la orquesta con él. "Soy eso que llaman un bandoneón cadenero que con un gesto o una mirada termina uniendo a todos los instrumentos y me los llevo conmigo en el bandoneón."
Leopoldo Federico llegó a un lugar de maestría y genialidad en su instrumento, que su humildad le impedía reconocer. "Siempre me pregunto lo mismo. Cómo puede ser que ese mismo bandoneón que es totalmente mecánico, cuando lo agarran dos bandoneonistas y hacen el mismo tema, ninguno suena igual. Es un misterio que no lo puedo develar. Hay algo dentro de uno que lo hace sonar. Yo sólo me dejo llevar por lo que siento."
Leopoldo era un fanático del sonido. "Yoy soy un enfermo del sonido", solía decir. Siempre quería llegar a la mayor fidelidad y ejecución con la misma fuerza y energía. En su decir sentimental y canyengue aparece en su justa dimensión la manera de tocar de Leopoldo Federico, que será siempre única. Al igual que su generosidad. Nunca le escuché hablar mal de nadie y repartía elogios a la nueva generación de fueyes.
Fue uno de los primeros en alegrarse con la aparición de creadores nuevos. "Yo pensaba que después de nosotros el tango se moría, pero por suerte me equivoqué. Hoy hay una cantidad enorme de chicos talentosos que le van a dar continuidad al género." También fue uno de los primeros en apoyar el proyecto Orquesta Escuela de Tango, donde varios maestros traspasaron los secretos de las típicas a las nuevas generaciones. Con sus colegas, también fue generoso y dedicó veinte años de su vida a trabajar en AADI (Asociación Argentina de Intérpretes) defendiendo los derechos de los intérpretes. Incluso fue uno de los impulsores de una gran reunión en esas mismas oficinas para acabar con la grieta tanguera que dividía a los músicos de tango con Astor Piazzolla. Había recibido dos premios Grammy Latino, aunque ya tenía el reconocimiento de todo el ambiente musical. Decís Leopoldo Federico y no hay músico de cualquier género que no haga una reverencia ante su forma de tocar y su auténtica manera de ser tanguero. Hay muchos bandoneones. Pero hay y habrá un solo bandoneonista como Leopoldo Federico.

Cinco discos esenciales

Grabaciones para disfrutar al gran bandoneonista
1965
Leopoldo Federico Orquesta
Ejecución impecable y un ensamble que es como una locomotora orquestal.
1966
Cuarteto San Telmo
Tangos de siempre. Continuidad de la formación que acuñó Troilo con Grela en guitarra.
1970
Trío Federico-Berlingieri
Siempre Buenos Aires. Sigue desarrollando un concepto de modernismo tanguero en los arreglos de versiones de clásicos y obras contemporáneas como "A fuego lento".
2008
Solos de bandoneón
A mi fueye querido. Durante 20 años mantuvo estos arreglos en un cajón aguardando el momento justo para sacarlos a la luz.
2010
Con El Arranque
Raras partituras. Vol. 6 es un símbolo de unión generacional. La orquesta graba los arreglos y composiciones del maestro, muchas inéditas, con la participación especial de Federico en bandoneón. Aparecen "Zamba de la extranjera", "Póquer" y "Cautivante". Para celebrar ese universo estético, el disco salió en versión vinilo..

Leopoldo Federico interpretando Yuyo verde


TODA UNA VIDA  

en
Youtube

Leopoldo Federico - Yuyo verde 

 

Leopoldo Federico, 1927-2014, historia y trayectoria


TODA UNA VIDA  

esta es la nota más completa sobre historia y trayectoria del maestro Leopoldo Federico
de
http://www.telam.com.ar/


a los 87 años

Murió el bandoneonista y director de orquesta Leopoldo Federico

El músico, quien integró las orquestas de tango de Astor Piazzolla, Horacio Salgán y Mariano Mores, entre otros, falleció hoy a los 87 años, tras dejar una profunda huella en la música ciudadana.

El popular bandoneanista falleció a las 5.15 de esta madrugada en el Sanatorio de la Trinidad, del barrio de Palermo, y sus restos serán velados a partir de las 19 en el Salón Juan Domingo Perón de la Legislatura porteña, informó la Asociación Argentina de Intérpretes, de la que era presidente.

Murió el maestro Leopoldo Federico

El emblemático músico de tango, también compositor, había nacido en el barrio de Balvanera el 12 de enero de 1924 y realizado sus primeros estudios musicales con el profesor Nicolás Ingratta, tras lo cual fue discípulo de Paquito Requena y Félix Lipesker.

Debutó como profesional a principios de los 40 con la típica Di Adamo-Flores en el Tabarís y otros cabarets, en los que se lució en los conjuntos de Toto D'Amario y Juan Carlos Cobián (1942).

Músico de tendencia tradicional, integró orquestas junto a Astor Piazzolla -con quien tuvo profundos desencuentros-, Alfredo Gobbi, Osmar Maderna, Horacio Salgán, Carlos Di Sarli, Mariano Mores, Lucio Demare, Florindo Sassone y Alberto Marino.

Formó una orquesta junto a Atilio Stampone (1952), con la que actuó en el cabaret Tibidabo y en Radio Belgrano, y otra con Osvaldo Berlinghieri.

En los 50 integró brevemente el conjunto Pa' que Bailen los Muchachos, en el que una de las guitarras era de Ubaldo De Lío, pero su auge se produjo al acompañar al cantor Julio Sosa (1959) hasta su trágica muerte en 1964.

Con el oriental grabó más de 60 títulos para el sello CBS Columbia, con éxitos masivos como "La cumparsita", en la versión de Celedonio Esteban Flores", "El firulete", "Cambalache", "Mano a mano, "En esta tarde gris" y "Qué me van a habar de amor".


Allí lució un sonido tan diáfano como la voz del cantor, no sólo funcional como acompañante, sino que encontró un equilibrio entre el tango tradicional y ciertas formas de la vanguardia que no fue advertido en aquel tiempo sino muchos años después.

La muerte de Sosa fue un grave golpe para Federico y su gente, por lo que algunos años después formó el Cuarteto San Telmo, con Roberto Grela, Báez y Arias, que actuó en TV, en los locales Caño 14 y Sans Souci y en varias radios.

En 1970 fue solista de la suite "Siete variaciones para bandoneón y orquesta sinfónica", de Juan José Ramos, pieza estrenada en el viejo Teatro Argentino de La Plata.

Con el pianista Osvaldo Berlinghieri y el contrabajista Fernando Cabarcos formó un trío (1972) que cambió cinco años después, cuando murió el último y fue reemplazado por Rafael Del Bagno.

Su Orquesta Típica -una de las sobrevivientes entre las grandes agrupaciones tangueras- era integrada, en 2007, por él mismo, Antonio Príncipe, Héctor Lettera y Horacio Romo (bandoneones), Damián Bolotin, Pablo Agri, Briguita Danko y Mauricio Svidovsky (violines), Diego Sánchez (violonchelo), Horacio Cabarcos (contrabajo), Nicolás Ledesma (piano) y Carlos Gari (voz).

Era presidente de la Asociación Argentina de Intérpretes y fue el primer tanguero en grabar un compact disc, en Japón, en 1987, además de haber sido solista en la presentación del "Oratorio Carlos Gardel" (1990) de Salgán-Ferrer.

Es autor de los tangos "Milonguero de hoy", "Sentimental y canyengue", "Cabulero", "Tango al Cielo", "Siempre Buenos Aires", "Minguito Tinguitella", "A Ernesto Sabato" y la milonga "Calentísima", entre otros.

En el cine fue autor de la música de los filmes "Rosa de lejos" y "Buenos Aires tango" y apareció personalmente en los documentales "Por la vuelta" (2002), "Si sos brujo: una historia de tango" (2005), "Café de los Maestros" (2008), "Mercedes Sosa, cantora. Un viaje íntimo" (2009) y "Pichucho" (2014).

La vida privada de Federico no fue fácil: acompañado por su esposa de años Norma Filomeno debieron compartir el nacimiento de un primer bisnieto, en 2000, con la muerte de su hijo Osvaldo, en 2001, a raíz de un fallido trasplante de hígado.

El músico estaba en Japón en ese momento y el episodio derivó en enfermedad y un deterioro físico evidente, a partir del cual comenzó a usar bastón, pero no le quitó la bohonomía y el don de gentes que podían apreciar quienes lo visitaban en su despacho de la presidencia de la Asociación Argentina de Intérpretes.