Recibí una noticia del Calendario chino para predecir el sexo del
bebé que se espera, es la que publiqué con el numero I/.
Me llamó la atención la frase con que encabeza su texto,
Aunque el calendario
chino para elegir el sexo del bebé carece de fundamento científico, se dice que
suele tener un nivel de aciertos bastante elevado. ¡Descúbrelo!
Busqué más sobre el tema y encontré la entrada que elegí
para el post que publiqué con el número II/. También hace una referencia a la
ciencia,
Al parecer, cuando
se usa bien, la tabla acierta en un 90 por ciento de los casos. Sin embargo, no
hay estudios científicos al respecto.
¿Sin fundamentos científicos, sin estudios científicos y obtener
tal grado de aciertos?
Con esa pregunta despertaba mi curiosidad para avanzar.
La comprobación empírica se me hacía fácil, y una hipótesis
científica también.
Ambas publicaciones invitan a hacer números y esperar
hasta que nazca el bebé. Seguí otro camino, calculé 280 días hacia atrás desde
el nacimiento de todos los que componemos nuestra familia para tener la fecha aproximada
de la concepción y la edad de la mamá. En todos nosotros la tabla dio el
resultado correcto.
Satisfecha la comprobación empírica, invito a pasar a la hipótesis
científica. Se me hace que hace 700 en China habían atesorado sus
observaciones. Se dedicaron a entrecruzar edades de madres y meses de
concepción, registraron el sexo de los bebes que nacían y los resultados
nutrieron el acierto de su calendario.
Puede asustar tanta simpleza para obtener información tan
valiosa.
En nuestra cultura hacemos estadísticas de otro modo, con
otros registros y otras formulaciones, pero eso no menoscaba el trabajo de
campo de recolectar datos, sistematizarlos y compararlos.
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