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jueves, 25 de abril de 2013

Ella Fitzgerald en el doodle de Google



TODA UNA VIDA 

El buscador más consultado del mundo celebra el 96 aniversario de su nacimiento





Ella Fitzgerald aparece hoy, 25 de abril, cantando en el doodle de Google. El navegador más usado del mundo le brinca este homenaje a Ella Fitzgerald en el que sería su 96 cumpleaños. El doodle dibuja perfectamente un escenario, con el fondo de Google, en el que aparecen caracterizados los componentes de un grupo jazz liderado por su cantante, Ella Fitzgerald, la cual destacada entre todos por el foco de Google que la ilumina. La protagonista de este doodle, Ella Fitzgerald está considerada como la cantante más importante e influyente de la historia del jazz junto con otras celebridades como Billie Holiday y Sarah Vaughan. Según cuentan los propios expertos del jazz, Ella Fitzgerald, la protagonista de hoy en Google, estaba dotada de una voz con un rango vocal de tres octavas, destacando su clara y precisa vocalización y su capacidad de improvisación, sobre todo en el scat, técnica que desarrolló en los años cuarenta y que anunció el surgimiento del bop.
En este doodle de Google apreciamos la belleza de Ella Fitzgerald, una americana que nació en Newport Nwes en 1917. Su verdadero nombre era Ella Jane Fitzgerald y la llegaron a conocer por Lady Ella y The First Lady of Song (La primera dama de la canción). Ella Fitzgerald vivió una infancia sin su madre la cual murió tras un grave accidente de tráfico. Tras estar con Da Silva durante un breve período, su tía Virginia se hizo cargo de ella. Poco tiempo después, Da Silva fallecería de un ataque cardíaco, por lo que Frances tuvo que irse también a vivir con ella y su tía. El ambiente dramático en la vida de Ella Fitzgerald condicionó el comportamiento su comportamiento, que tuvo frecuentes problemas con el absentismo escolar e incluso con la policía, lo que la llevó a ser internada en un reformatorio, de donde trató de escapar varias veces, así como de su casa.
Pero pronto cambiaría la situación de Ella Fitzgerald tal y como refleja el doodle de hoy en Google. Ya de pequeña le gustaba de bailar y cantar en un club escolar y en el coro de la Bethany African Methodist Episcopal Church. Ella Fitzgerald aprendió a tocar el piano, escuchó atentamente la radio y estudió todas la grabaciones que salían de Louis Armstrong y las Boswell Sisters. La imagen que dibuja Google de la cantante, la vivió por primer vez Ella Fitzgerald a los 16 años, en el Harlem Apollo Theater de Nueva York, con el que ganó el concurso Amateur Night Shows con la canción Judy, interpretada al estilo de su ídolo Connee Boswell. Tras una breve colaboración con la banda de Tiny Bradshaw, Ella Fitzgerald consiguió entrar en la orquesta de Chick Webb, convencida por uno de los asistentes a las noches del Apollo: el reputado arreglista y saxofonista alto Benny Carter. Esta es una de las canciones de Ella Fitzgerald:

martes, 23 de abril de 2013

Jueza rechazó el argumento apoyado en el síndrome de alienación parental de un padre denunciado por abusar de su hijo




HACIA UN PROTOCOLO PARA VICTIMAS DE ABUSOS 
   

 La jueza Graciela Jofre consideró “una siniestra creación pseudocientífica” al Síndrome de Alienación Parental y rechazó la argumentación del padre, denunciado por la madre. En el fuero penal el caso había sido archivado.

Página 12 publica esta nota de Mariana Carbajal que aquí reseñamos

La Justicia rechazó la existencia del llamado Síndrome de Alienación Parental, SAP, esgrimido por padres denunciados por incesto y por sus abogados para descalificar la voz de niños víctimas de abuso sexual, con el argumento de que la imputación sería producto de la manipulación de la madre, en el marco de divorcios conflictivos. En un fallo muy elogiado por referentes que trabajan contra el abuso sexual infantil, la jueza de paz de Villa Gesell, Graciela Jofre, señaló que el SAP “es una siniestra creación pseudocientífica” descalificada “por la comunidad científica internacional”, que “instala la sospecha sobre la víctima, devalúa la palabra del testimonio infantil y de todo aquel adulto que le cree y busca protegerlo, cuando en la casi totalidad de los abusos sexuales en la infancia, la palabra de los niños es la única prueba para iniciar la investigación”. Al mismo tiempo, la magistrada sentenció que la resolución en un juicio penal de casos de abuso sexual infantil “no hacen cosa juzgada en el fuero civil”, al rechazar un pedido de revinculación con su hijo por parte de un hombre denunciado por incesto, cuya causa penal fue archivada, sin tomar en cuenta pericias donde se validaba la existencia del abuso.

Desde el 1º de diciembre de 2009 el padre tenía suspendidas las visitas ante la sospecha de la madre de que su ex pareja había abusado sexualmente del niño T, que en ese entonces tenía 4 años recién cumplidos. El pequeño, ahora de 7 años, vive con su abuela materna, pero ve a su mamá con frecuencia y mantiene contacto telefónico con ella. La madre está bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.

La jueza de paz de Villa Gesell tomó la resolución en la causa “P.P.F.c.C.A F. s/tenencia”. La magistrada explicó en la sentencia que rechazó el pedido del padre porque el niño “se ha expresado, ha hablado y ha develado en dos oportunidades y ante profesionales distintas el abuso sexual sufrido”. “Las demás constancias probatorias consideradas reafirman la veracidad de lo dicho por T., pero es su palabra ante las profesionales la que privilegio”, destacó la jueza. El fallo tiene fecha del 13 de marzo, pero recién trasciende a los medios ahora. La jueza de paz actúa como jueza de familia en lugares donde no existe ese fuero.

Las dos licenciadas en Psicología que oyeron el relato del abuso aseveraron que no había indicios de que T. fabulara. Sin embargo, en el fuero penal la causa está sin resolver y archivada. Según consta en la sentencia, no fueron aceptados como prueba los dos informes en los que el niño realizó develaciones sobre el abuso sufrido. La jueza Jofre ordenó que esas pericias sean remitidas al juzgado que tramita la denuncia por incesto.

“Es muy preocupante que la Justicia penal no se tome en serio estos casos y no los investigue como corresponde. Las pericias que dan cuenta del abuso sexual no habían sido aceptadas en la causa penal”, advirtió la abogada Natalia Gherardi, directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, tras analizar el fallo. Gherardi destacó los alcances de la sentencia, igual que otros referentes que trabajan por los derechos de los niños y niñas, como el juez federal Carlos Rozanski y Pilar Vendrell, psicóloga, integrante de la Asociación Civil Profesionales Latinoamericanos/as contra el Abuso de Poder (ver aparte).

Este fallo surge en momentos en que redes de madres de chicos y chicas que han expresado que fueron abusados por sus padres vienen denunciando en diferentes ámbitos que sus hijos son obligados por la Justicia de Familia a cumplir con un régimen de visitas y ver a su progenitor, a pesar de que han dado cuenta en distintas instancias –frente a ellas, otros familiares, peritos, psicólogos que los tratan– de que han sufrido incesto. Tanto en las causas penales como en las civiles, donde reclaman la “revinculación” con sus hijos, los progenitores denunciados suelen argumentar que los niños padecen el llamado Síndrome de Alienación Parental. Aunque el SAP no es un síndrome científicamente aceptado, es tomado como fundamento por jueces y juezas que rechazan las denuncias de los niños y niñas, descalifican a las madres que los acompañan y a las pericias que las validan, y ordenan las revinculaciones. En este caso, la jueza además mantuvo la suspensión del régimen de visitas y ordenó al padre “la expresa prohibición de acercarse al niño T., fijando un perímetro de exclusión para circular o permanecer de 100 metros de distancia de todo ámbito donde el niño circule, así como también la prohibición de cualquier tipo de contacto telefónico o vía Internet (Facebook) u acto de intimidación con relación al niño hasta tanto la profesional que lo trata actualmente lo considere apropiado”.

Al fundamentar su decisión, la magistrada criticó duramente al llamado SAP. “El Síndrome de Alienación Parental es una siniestra creación pseudocientífica de Gardner, rechazada por la comunidad científica internacional, una construcción para esconder y ocultar una realidad que debe ser invisibilizada para después negarla”, sostuvo la jueza. El SAP fue acuñado por Richard Gardner. Profesor de psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina y Cirugía (College of Physicians and Surgeons) de la Universidad de Columbia, Gardner se dedicó hasta la fecha en que se suicidó en 2003 a la psiquiatría infantil y forense, mayormente como perito de parte por la defensa de los agresores en casos de sospecha de abusos sexuales. Sus trabajos han sido cuestionados por colegas e investigadores debido a que sus afirmaciones no se basan en métodos de investigación estandarizados y a que no han sido sometidos a estudios empíricos, a investigación o a verificación por parte de otros especialistas. A pesar de ello, ha sido ampliamente citado en el ámbito judicial de diversos países. No sólo en la Argentina. Para la psiquiatra infanto-juvenil y psicóloga Irene Intebi, presidenta de la Sociedad Internacional para la Prevención de Abuso Sexual Infantil (Ispcan, por su sigla en inglés), la difusión del SAP y sus conceptos “se debe a que coinciden con los estereotipos y los prejuicios que sostienen la negación y la invisibilización de las agresiones sexuales a niños y niñas”.

La jueza Jofre llamó además la atención sobre la posición que adoptó la asesora de Menores que intervino en el caso. La asesora descree del relato del niño –cuyos derechos debe representar y proteger– y defiende la posición del padre denunciado, teniendo como “trasfondo” el SAP. “Se argumenta en favor del derecho del niño pero en realidad se privilegia el derecho del padre sobre el niño, instalando la idea de un complot donde el niño es parte y objeto de manipulación de la madre, profesionales psicólogas, abuela etc.”, cuestionó la jueza.



domingo, 21 de abril de 2013

Quiénes son los muertos de La Plata y cómo murieron



TODA UNA VIDA

Quiénes son los muertos de La Plata y cómo murieron

La Gaceta publicó el viernes 5 de abril, esta nota con la lista de los ahogados en La Plata. La publicación recuerda los últimos momentos de las víctimas. La mayoría son adultos mayores. 

Aquí la reseña completa

Los abuelos nutrieron la lista de los fallecidos en la trágica inundación de La Plata. El gobierno bonaerense dio a conocer una nueva lista de víctimas identificadas, tras confirmar que la cantidad de fallecidos por el temporal se elevó a 51, pero la enumeración fría de nombres y números de DNI no alcanza para abarcar la dimensión de la tragedia. La mayoría de los que sucumbieron a la correntada o murieron ahogados sin poder salir de sus casas eran adultos mayores. Sólo 14 de las 51 víctimas eran menores de 65 años (y cuatro de ellas tenían más de 60).
A Lucila Ahumada, de 85 años, sus vecinos la conocían como Kika. Pocos sabían que era una integrante de Abuelas de Plaza de Mayo. En 1977 su hijo y su nuera embarazada fueron secuestrados, y ella todavía buscaba con esperanza a su nieto. Justamente, fueron sus otros nietos, los que sí pudo disfrutar, quienes la buscaron en su casa del 200 de la calle 29.

“Como a las 4 de la madrugada, cuando ya teníamos el agua por el cuello, uno de los nietos logró cruzar la calle hasta la casa de ella. Desde afuera, le gritaba Lela, Lela', decime dónde estás", dice Cristian Lustig, el vecino de la casa de al lado, según reprodujo el diario "Clarín".

Con una barreta lograron abrir una ventana y entrar, pero la casa ya estaba bajo un metro sesenta de agua. Sólo al día siguiente pudieron encontrarla, en la pieza del fondo donde había intentado refugiarse.

Nelly Giacomelli, de 84 años, murió pidiendo ayuda en su casa de la calle 37. Sus vecinos la escucharon, pero no pudieron acceder desde la planta alta de su casa. "La puerta estaba como sellada", explicó Norma, que -según relató al diario "Clarín"- llamó al número de emergencias 103 y le dio fuera de servicio. La anciana, que se movilizaba en andador, fue encontrada sin vida ayer a las 8 de la mañana.

A Jorge Barenetche, de 55 años, la correntada lo arrastró más de cuatro cuadras. El hombre, un mecánico que tenía su taller en 37 al 1.800, intentaba salvar la camioneta de un cliente, en pleno vendaval.

Anahí Posse, de 65 años, era docente jubilada y vivía con su marido en la última casa del pasillo en el barrio La Loma. "Creyó que se moría ahogada, se desesperó, agarró a su marido, Pedro, de la mano y le rogó que se fueran", contaron sus vecinos. Pero, cuando llegaron a la esquina, la corriente la venció. Se soltó de la mano de Pedro, su esposo, y el agua se la llevó.

Negro, el perro de Dorita Romero, se quedó esperando a su dueña. La mujer, de 77 años, no pudo subirse a uno de los muebles más altos, y murió ahogada.

Por la calle 38, los vecinos de Asunción se estremecen al recordar los gritos de la mujer pidiendo auxilio. “Pedía que la ayudaran, pero nadie podía salir por la fuerza del agua. Cuando fueron a buscarla, ella no se quiso ir y se quedó junto a su marido (Enrique Salinas, de 80), que ya había muerto”, relató una vecina.

La casa de Tati, una jubilada que vivía en 36 al 1728, permanece cerrada. Ella también vivía sola y no pudo escapar del avance incontenible de las aguas. “Me da una gran pena que la hayan encontrado ahogada. Era una vieja macanuda, una fenómena”, la recuerda su vecino Gabriel, con el que se paraba a conversar siempre en la vereda.

"Voy hasta ahí nomás a buscar a Sonia", dijo Juan, y se lo llevó la correntada. Ella, su vecina y amiga. Juan García tenía 57 años y Sonia era su amiga de la infancia, la vecina con la que solían tomar mate y charlar en el barrio. “Mi amigo murió para slavarme”, le dijo a "Clarín".

Lía Marconato, de 74 años, fue una de las personas que decidió entregarse ante lo inevitable. “Su ahijado la llamó y le dijo que saliera pero era una señora mayor, y había dos metros de agua, era imposible salir. Y ella le contestó ‘no puedo salir, no puedo’. Cuando bajó el agua y fuimos a ver cómo estaba se veía desde la ventana: estaba acostada en su cama abrazada de una Virgen”. Lía era jubilada del Ministerio de Economía provincial y era, como muchas de las víctimas, “una señora sola”.

Jorge Colauti, de 80 años, era hasta ayer uno de los 20 desaparecidos, hasta que su cuerpo fue identificado en la morgue judicial. El hombre estaba cuidando a su nieto, de 8 años, cuando empezó a subir el agua. "Agustín se asustó mucho con la tormenta y quería ir con su mamá, que vive a media cuadra. Y mi viejo, en vez de decirle que no se podía, salió con él", contó ayer Germán, su hijo.

Salieron de la mano y, cuando quisieron cruzar 36 y 28, la corriente los separó y se los llevó. A tres cuadras, el nene pudo agarrarse de la soga que le tiraron dos desconocidos, pero su abuelo fue arrastrado sin remedio.

El listado completo:
María Beatriz Velinzak, de 79 años
Elsa Isabel Páez, 95
Rita Esther Cebey, 91
Irene del Carmen Arias Burgos, 76
Floria Benvenuto, 93
Gloria René Rojo, 86
José Cid, 70
Celia Galli, 81
Dora Esperanza Chas de Beccacesi, 96
Rolando Eliseo Aguirre, 68
Jorge Pío Colauti, 80
Máximo Mendoza Benítez, 20
Jorge Javier Díaz, 30
Anastasia Ferreyra, 88
Leonor Lancon, 55
Amilcar Vicente Scarlan, 65
Anahí Posse, 65
Orlando Logiurato, 50
Filomena Manarino, 88
Oscar Crippo, 60
José Luis Barenetche, 55
Juan Rodolfo Jurado, 64
Juan Alberto Varela, 40
Felicitas Morel, 56
Delia Susana Colognna, 70
Elba Ana Cisneros, 70
José Gerardo Zanzana, 64
Lucila Ahumada, 82
Carlos Alberto Golatilech, 56
José Mario Galzerano, 68
Luis Mario Rivero, 72
Enrique Monzón, 52
Guillermo Raúl Piotti, 43
Bartolomé Nélida Salinas, 84
Enrique Salinas, 80
Fernando Mendoza, 70
Nicolás Serapio Guerrero, 30
Haydee Esmeralda González, 94
Haydee Alejandra Manise, 91
Hilda Ester Gudini, 91
Eutinia Clara Palomina, 87
Juan María Avila, 85
Dora Romero, 81
Rodolfo Juan Jurado, 81
Cora Elida Carmona, 81
Lía Angélica Marconatto, 75
Alberto Néstor Lancon, 74
Bernardo Abel Aguirre, 47
Josué Gonzalo Suárez Salazar, 23
Esteban Ezequiel Monjes, 21.

Hay un apellido que se consignó por error: es el caso de una mujer que ayer fue identificada como Feliciana Godoy y, en rigor, el nombre correcto es Feliciana Garay Ruiz, de 64 años. (DYN-Télam)