La Organización Mundial de la Salud (OMS) conjuntamente con la European Parkinson’s Disease Association (EPDA), declararon, en 1997, al 11 de Abril como Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson.
Esa fecha conmemora el nacimiento de James Parkinson, 1755-1824, médico británico, autor de An essay on the shaking palsy (Un ensayo sobre la parálisis agitante), publicado en Londres en 1817, el primer libro con una descripción detallada y sistematizada de esta enfermedad, que hoy conocemos como la Enfermedad de Parkinson. Esta es una patología crónica degenerativa invalidante, que marca un deterioro principalmente en las funciones motoras de quien la padece.
Una gran mayoría de los pacientes con esta enfermedad la desarrolla luego de los 60 años de edad. Sin embargo, un mínimo porcentaje de enfermos comienza con los síntomas a partir de los 40 años. Y aunque se halla cierta tendencia genética, en la gran mayoría de los pacientes no es una enfermedad hereditaria. Afecta por igual a hombres y mujeres.
Si bien el temblor o movimiento involuntario de las manos no es exclusivo de esta enfermedad, muchos pacientes llegan por este síntoma a buscar ayuda médica. El mal de Parkinson, se asocia a la vejez, pero la aparición de la enfermedad comienza mucho antes. Alrededor de un 10% de los pacientes comienzan a manifestar esta enfermedad alrededor de sus 40 años, con síntomas no motores, como la depresión, con trastornos como constipación, problemas para dormir, pérdida parcial del olfato, ansiedad y alteración del tránsito intestinal. Cuando comienzan los temblores, se estima que el paciente ha perdido el 80% de las neuronas de la sustancia negra, área del tallo cerebral cuyas células producen dopamina para ayudar a regular el movimiento y la coordinación del cuerpo.
Un estudio argentino sobre más de 400 pacientes, halló que el 70% de ellos padece insomnio, depresión y ansiedad. Entre 4 y 20 años después de esta fase aparecen los primeros síntomas físicos, como la rigidez muscular con dolor, la lentitud de los movimientos y el temblor en una mano, generalmente la derecha, en reposo, de mediana intensidad, que desaparece al dormir, informó la doctora Tomoko Arakaki del Consultorio de Movimientos Anormales del Hospital Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires.
Los síntomas iniciales no se relacionan habitualmente con el Mal de Parkinson y así pasan desapercibidos en cuanto a su relación con esta enfermedad.
Con 800000 afectados por esta enfermedad en nuestro país, alrededor de un tercio de ellos recibe rehabilitación para la pérdida de equilibrio o la alteración del lenguaje, que van asociados.
Diversos estudios epidemiológicos, algunos de ellos citados por Astrid Nehlig, neuróloga francesa, concuerdan en que el consumo durante décadas de dosis bajas de café –uno a tres pocillos diarios- disminuye el riesgo de padecer Parkinson, especialmente en varones y en mujeres con menopausia que no reciben terapia de reemplazo con estrógenos.
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