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sábado, 12 de junio de 2010

Ciencia: cuando el árbol deja ver el bosque

Desde el 7 al 18 de junio de 2010 se celebra la VIII Semana de Ciencia. En un amplio programa que abarca a todo el país, universidades, centros de investigación, academias de ciencia, fundaciones, clubes de ciencia, institutos de investigación, laboratorios científicos, museos y bibliotecas de todo el país se abrirán al público mostrando la presencia de la ciencia desde los grandes temas mundiales hasta nuestra vida cotidiana.
El programa de divulgación y participación de la VIII Semana de Ciencia difunde las actividades de las instituciones científicas de nuestro país. Se Muestra el quehacer de los científicos y se procura extender el interés del público en la ciencia. El aprovechamiento para la sociedad es la aplicación de la ciencia en tecnologías de aplicaciones cotidianas.
Pero hay un beneficio más. Las personas pueden recurrir a la aplicación del método científico en sus vidas. A través de los libros que he escrito he mantenido este objetivo. El método científico de ensayo y error parece difundido. Se hace una observación sobre un aspecto de la realidad. Se establece una hipótesis para entenderla. Se la somete a prueba. De no obtenerse la comprobación esperada como resultado, se corrige la formulación de la hipótesis. Y así hasta llegar a un resultado satisfactorio.
Hasta aquí todos de acuerdo. El punto importante es anudar la observación, la hipótesis y la formulación posterior. Es que en el peor de los casos, tendremos una observación distorsionada, un lugar común del lenguaje como hipótesis y un prejuicio por formulación final.
La ciencia tradicional definía al azar como la multiplicidad de causas, de tal numerosidad que escapaba a su aprehensión por el entendimiento humano. El desarrollo de la ciencia durante el siglo XX relegó este esquema remplazando la diversidad infinita por las tendencias estadísticas. Tenemos más recursos, los usamos. Jerarquizamos tendencias, números nunca definitivos, ya no necesitamos las certezas. La nuestra es época de incertidumbres asentadas.
Freud hacia un gracejo sobre los psicoanalistas y la infalibilidad de sus afirmaciones y las resistencias que despertaban, más o menos así,
- cara, yo gano, ceca, tú pierdes.
Con lo cual siempre tenemos razón, pero nadie lo acepta ni le aprovecha.
Vamos más allá de las oposiciones tercas. Nuestro método es de convergencias y divergencias. Hacemos nuestras observaciones. Las organizamos por su afinidad. Notamos las que difieren de esta tendencia. Y no desechamos nada. Le asignamos lugar a todo. Jerarquizamos por frecuencia, por intensidad, por beneficio o perjuicio, por escasez o abundancia, por concordancia o por disonancia. Nada queda relegado, ignorado, negado. Y cuando está completo el panorama, más todavía. Para mejorar semejante caudal de riqueza, estamos abiertos a sus cambios en el devenir, a que se prevalezcan diferentas jerarquías, laberintos, interrelaciones. Esa es nuestra riqueza interpretativa. Claro, cargando todo el ajuar, todo el menaje, incluido el mobiliario, nuestras valijas se hacen más pesadas. El esfuerzo bien lo vale. Llevamos completo nuestro equipaje.

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