Una noticia de la radio. En su programa Talento Argentino Carlos Polimeni informa que Hugo Guerrero Marthineitz está internado en una clínica psiquiátrica, en estado de desnutrición, a sus 86 años.
De la legendaria voz del “peruano parlanchín” –así se anunciaba- no hay grabaciones, así que Carlos Polimeni invita a los recuerdos de los oyentes y a quien tenga sus audios para compartirlos.
De niño me gustaba escuchar El Show Del Minuto. Apareció en 1958 con una breve incursión musical acompañada de sus comentarios y su inconfundible risa. Fue una compañía durante años. En 1968 lideró con su programa de la tarde. Una demostración: tuvo atrapado a su público durante una semana, leyendo el primer capítulo de una novela. Algunos, antes de que apareciera el nombre de Queequeg, sabíamos de qué se trataba. Era un secreto entre Hugo y quien de su público identificara esa lectura.
En aquellos años fue el primero que habló. Hasta ese entonces, los locutores no hablaban espontáneamente, leían o recitaban hasta los diálogos, al igual que los periodistas y comentaristas. Y nadie reía.
En la década del 70 condujo los domingos por la tarde los afamados conciertos en la iglesia de Santo Domingo. Muchos de los artistas, músicos y cantores que conocimos surgieron gracias a su apoyo, en este ciclo y con la difusión en su programa de la radio.
En 1984 reinó en la televisión nocturna con su programa A Solas. Con un decorado austero, un par de sillas y una mesa, con el piso y el fondo azules, dialogando con sus invitados. El público lo siguió fielmente durante los meses que permaneció en el aire.
Hugo Guerrero Marthineitz, gracias por reír, gracias por hablar. Gracias por acompañar.
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