Domingo 4 de julio de 2010 por la tarde. La selección argentina regresa a casa. Miles de argentinos, el número es impreciso al momento de escribir estas líneas, se volcaron a (al aeropuerto de) Ezeiza para recibirlos.
Durante el día, en todos los medios, gráficos, radio, televisión, periodistas, deportivos o no, conductores, locutores, comentaristas, preparaban las críticas para nuestro equipo, jugadores y director técnico. Magia de la comunicación, rebobinaron su posición y se acercaron a las imágenes reales, imágenes de argentinos de todas partes, esto es, incluyendo localidades del conurbano alejadas del punto de arribo, que iban en familia y con sus vecinos a recibir a los ídolos.
Por las noticias hemos sabido de la frialdad con que fueron recibidos los equipos de otros países, incluso algunos fueron insultados, apedreados o suspendidos por años.
Nosotros cantábamos
- ¡Diego te queremos!
-- ¡Los bancamos!
Y no nos privamos de corear nuestro estribillo más famoso
- ¡Vamos, vamos a ganar!
No importa este resultado. Como decían a las cámaras de televisión que se acercaban al público en Ezeiza,
- ¡queremos ponernos en carrera para el Mundial de 2014, para la copa América de 2011!
- ¡Diego: queremos que sigas!
Para decirlo en argentino.
- ¡flor de aguante que hacemos!
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