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sábado, 31 de julio de 2010

EL PLASTIKI, UN DESAFÍO DE MUCHAS RAÍCES Y MUCHAS RAMAS

El 26 de julio de 2010 llegó al puerto de Sydney, Australia, el catamarán Plastiki, proveniente de San Francisco, California, en América del Norte, completando una navegación de 125 días. El Plastiki, construido con botellas de plástico que se aprovecharon para este desafío, tuvo una ardua navegación, en la que fue acompañado por una flotilla de naves pequeñas. Por las tormentas que se cruzaron en su derrotero, debió refugiarse en las islas de Kiribati y de Samoa.
David de Rothschild se propuso la travesía luego de leer un informe de las Naciones Unidas sobre las graves consecuencias de la contaminación, sobre todo de desechos plásticos, para los océanos. Su proyecto fue demostrar lo perjudicial de este material y la imperiosidad de beneficiarse reciclándolo.

El nombre de esta embarcación asocia Plast, plástico en noruego, Plastic en inglés, con Tiki, de Kon Tiki, el nombre de la legendaria embarcación con que Thor Heyerdahl, explorador noruego, unió Sudamérica, desde Perú, con las islas Tuamotu, en Polinesia, en 1947. Aunó dos culturas. Con-Ticci era uno de los nombres de Viracocha, el dios sol para los incas y Tiki, en la mitología polinesia era el hijo del Sol. Construido respetando las costumbres de los antiguos incas, surgió del proyecto científico de demostrar que los incas navegaban desde el continente a las islas del Pacífico. El Kon Tiki se exhibe en el Museo de Oslo. Thor Heyerdahl escribió un libro relatando esta expedición, que se tradujo a 66 idiomas y se filmó en 1951 –ambas obras con este mismo nombre- llegando a ganar un Oscar.

Ambas naves, el Plastiki y el Kon Tiki, tuvieron una tripulación de seis personas. En la expedición actual se incluyó Josian Heyerdahl, que, enterada del proyecto, aportó su participación como científica medioambiental sumando el apellido de su célebre abuelo.

El Plastiki permanecerá amarrado frente al Museo Marítimo de Sydney durante mes y medio, al tiempo que su tripulación dará conferencias alusivas a los variados desafíos de esta aventura.

En mi libro SER UNO Pasión en relaciones comprometidas, en el capítulo DERECHOS RECLAMADOS, hablo de los aprontes de otra navegación. Me refiero al episodio de Ifigenia, al comienzo de la guerra de Troya. Concluyo el capítulo,

La pasión no pide renuncias ni inmolaciones ajenas.
Desafío de ser fiel a mi pasión, nunca subordinado a las ideas fijas, propias o ajenas, a los intereses creados, a los prejuicios, a los perjuicios.

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