Andemariam Teklesenbet Beyene, de 36 años, puede hablar y tragar gracias a su tráquea sintética, la primera en el mundo de esta clase. La noticia de este implante da la vuelta al planeta ya que se trata de un paso más en el empeño humano para no depender de las donaciones de órganos.
La cirugía de este implante duró doce horas en el Hospital Universitario del Instituto Karolinska de Suecia y estuvo a cargo del cirujano italiano Paolo Macchiarini, quien en 2008, para Claudia Castillo, catalana, recurrió a una donación de tráquea que fue recubierta por células madre de la paciente, con lo cual se evitó el rechazo del órgano.
Paolo Macchiarini encomendó a los científicos británicos del University College de Londres una tráquea sintética biocompatible exactamente igual a la original, y para ello sometieron a Beyene a escáneres en tres dimensiones, trasladaron la estructura porosa creada a partir de este molde virtual a Suecia, ahí la sumergieron en una solución de células madre extraídas de la médula ósea del paciente y en dos días, millones de ellas recubrieron este órgano artificial con tejido de Beyene. El paciente podrá volver a Islandia, donde preparaba su doctorado en geología antes del cáncer de tráquea, que previamente había sido operado y tratado con quimioterapia sin éxito.
Paolo Macchiarini, cuyos logros no cuentan con el apoyo unánime de sus colegas pese a haber publicado alguno de ellos en la prestigiosa revista médica The Lancet, explicó ayer la gran ventaja de esta nueva técnica y es que no depende de donantes. En cuanto a Beyene, no se podía esperar una donación que no llegaba, por lo tanto se decidió recurrir a este procedimiento. El paciente, que lleva años luchando por su vida, declaró ahora, a un mes de la intervención,
- cuando entré al quirófano estaba muy, muy asustado, pero no tenía alternativa, era cuestión de vida o muerte.
El próximo desafío de Paolo Macchiarini será intervenir a un niño en Estados Unidos, con la complicación extra de que el paciente seguirá creciendo después del implante.
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