En la Batalla de Salta Manuel Belgrano aseguró nuestra Independencia

En la Batalla de Salta Manuel Belgrano aseguró nuestra Independencia

Ayer y hoy en la zona del Cerro San Bernardo.

Hoy es feriado nacional por única vez para conmemorar el bicentenario de la Batalla de Salta. El hecho histórico frenó el avance del ejército de los realistas y consolidó la posición del gobierno patrio, tres años antes de la definitiva declaración de la Independencia. En septiembre de 2012 fue decretado feriado por los 200 años de la Batalla de Tucumán,

Con la Batalla de Tucumán y con la de Salta, se consolidó la frontera norte de lo que era por entonces la Nación, expuso Carlos Páez de la Torre, historiador tucumano que escribió Porteños, provincianos y extranjeros en la Batalla de Tucumán.

En Tucumán, el ejército de Manuel Belgrano sorprendió al ejército realista, más organizado y equipado, que venía avanzando desde el norte. Belgrano reclutó hombres de las milicias gauchas de Tucumán, Salta y de otros poblados de la zona, y en la batalla del 24 y el 25 de septiembre de 1812, obligó a las tropas realistas a replegarse.

Después de ese primer encuentro, las tropas realistas necesitaron casi cinco meses para reacondicionarse. El ejército que comandaba Belgrano se había adueñado de la artillería que los realistas habían abandonado en Tucumán, y al mando de Juan Pío Tristán, reforzaron su posición en Salta.

El avance del ejército de Belgrano siguió adelante, guiado por el capitán Apolinario Saravia, salteño y conocedor de la zona. Entre el 17 y el 18 de febrero, más de 3.500 hombres ya estaban dispuestos en las afueras de la ciudad, listos para atacar.

En la primera avanzada, mañana del 20 de febrero, Eustaquio Díaz Vélez, segundo jefe de las fuerzas y jefe del ala derecha, recibe una herida de bala de fusil en el muslo derecho, explica Belgrano en el parte de la Batalla. Pero esta vez las fuerzas de ambos frentes son parejas en cantidad de hombres y el avance criollo no se detiene. La estrategia de Belgrano es acertada cuando ordena sostener el avance para rodear la ciudad y cerrar la retirada. La batalla deja 480 muertos en el ejército realista. Belgrano, que había sido compañero de Tristán en España, lo abraza al momento de sellar la rendición.

Reseñado de Clarín y varios medios