Grandeza y humildad en las palabras de Benedicto XVI

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Grandeza y humildad en las palabras de Benedicto XVI

Tuve la fortuna de ver ayer en directo por TV a  Benedicto XVI pronunciando sus palabras de renuncia y anunciación del nuevo destino que asumirá. Había llegado al altar en un pequeño vehículo lento. Lo dijo en su discurso pronunciado en latín durante la misa pública en el Vaticano dentro del marco del consistorio que se celebra estos días

Hace un tiempo escribí este post que traigo nuevamente, hablando de una imagen de la fuerza de la fe que me ha acompañado a lo largo de mi vida.

El papa que fue el primero en comunicarse por TV, tsunami, Japón, visitó Cuba, habló del exterminio de gitanos por los nazis, dialogó con los astronautas, tiene 1600000 seguidores en Twitter, reconoció los casos de pedofilia y se reunió con las víctimas de estos abusos y se consagró a la unidad universal por sobre todo. El corolario de este post bien se aplica a Benedicto XVI.  

III/III Un guía espiritual en tiempos de crisis

En la secuencia final de Atila, rey de los Hunos, Sign of the Pagan, cinta estadounidense de 1954, Atila, vencedor sin rivales, está a la puertas de Roma. Una profecía dice que solo podrá detenerlo un león, lo que suena imposible, no hay ninguno a la vista y sus ejércitos imbatibles darían cuenta del que apareciera.

 Llegan voces de coros que no se ven hasta que surgiendo de un recodo, al otro lado del río, asoman los cristianos encabezados por el papa León I. Cruzan sus miradas de orilla a orilla, el guerrero nunca vencido y un anciano enclenque, que empuña su báculo, símbolo del poder de su fe y un apoyo para sostenerse en pie. Fue la única vez que Atila se retiró.

Inolvidable escena interpretada por  Moroni Olsen, como León I y Jack Palance en el rol de Atila. León I, en la fuerza de su mirada contrastando con la fragilidad de su cuerpo, realza su entereza. En nuestro lenguaje de hoy, es el líder único y necesario ante tamaña crisis.