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Tres chicos por día huyen tras discutir con sus papás
Adolescentes que se van de su casa por conflictos familiares.Son datos oficiales de la Ciudad. Más de la mitad tiene entre 15 y 17 años. Y suelen hallarlos dentro de las 48 horas. Para los especialistas, se debe a un “problema de comunicación”.
Una discusión o el temor a tocar un tema y no
ser comprendidos o escuchados. Un vínculo familiar roto o débil. Un
lazo afectivo destruido o endeble. Padres que han tenido historias duras
o que han sido muy flexibles en la crianza de sus hijos. Que un chico
decida irse de su casa puede responder a muchos factores aunque siempre
tiene que ver con que la convivencia no les resulta fácil. Pegar un
portazo o escapar con sigilo, es lo mismo: irse significa salir a pedir
ayuda. En la Ciudad, el menos tres chicos se van por día de su casa
después de pelearse con sus papás o con los responsables de su
cuidado.Son estadísticas del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes que
depende del Gobierno porteño. En el 70% de los casos se fugan porque
discutieron con sus padres. El 60% de esos chicos tiene entre 15 y 17
años. En 2014, en la Ciudad, mil adolescentes se ausentaron de su hogar y
de esa cantidad, aún 30 están siendo buscados. El tiempo promedio que
pasan fuera de su casa es de entre uno y dos días. ¿Dónde estaban?
Paradójico: en lo de un amigo, un tío, un novio, lo que significa que
fueron a buscar un referente (otro adulto, otra casa) donde se sientan
contenidos. Un panorama similar –aunque más crudo– se vive en la
Provincia.Guadalupe Tagliaferri, presidenta del Consejo porteño, lo pone
en contexto: “Son chicos que en realidad no quieren irse de su casa.
Pero sí tienen muchos problemas de comunicación. Y esto atraviesa todas
las clases sociales. Tienen miedo de contar que les fue mal en la
escuela, que sufren bullying, que están embarazadas o por ser padres. No
se sienten contenido frente a algo que los preocupa y se van,
exponiéndose a todo tipo de peligros, como que los engañe un adulto”,
explica. Según el registro que lleva el Consejo, en muchos casos los
chicos que se van de su casa manifiestan situaciones de maltrato. Esa es
razón suficiente para que ingresen al sistema de protección, lo que
implica que esos chicos no siempre vuelvan a sus hogares. En la
Provincia, de los 3.400 chicos y adolescentes que están en hogares
convivenciales, el 46% se fue de su casa porque tenía problemas de
convivencia. “Al sancionarse en 2007 la ley 13.298 se dejó de
judicializar al chico que se fugaba de su hogar. Esto cambió el
paradigma y dejó de ser responsable del hecho de irse para poner el foco
en lo que realmente sucede: que los vínculos afectivos están rotos. Se
van porque los maltratan, tienen problemas de convivencia o hay
situaciones de abuso sexual. Esto último, según nuestros registros,
atraviesa todos los sectores sociales”, observa Secretario de Niñez y
Adolescencia, y vicepresidente del Consejo Federal de Niñez,
Adolescencia y FamiliaEn ámbito bonaerense, a los chicos los encuentran
antes de las 72 horas de haberse ido. Y, como en el Ciudad, siempre
están en la casa de alguien allegado a la familia. De las 20 mil
intervenciones que realizan por año, a dos mil chicos los apartan de sus
convivientes. La revinculación suele hacerse con quienes los
contuvieron cuando se fueron de su casa.Para Nora Vinacur, psicoanalista
y secretaria del Departamento de Niños de la Asociación Psicoanalítica
Argentina (APA) los padres se sorprenden tarde: “Hay que establecer
reglas claras de comunicación ya en la etapa de niñez. Hoy, por ejemplo,
no existe la sobremesa y apenas la cena. Los chicos agarran su
bandejita y se encierran en su habitación. Ahora, si como dicen los
datos de la Ciudad, a los chicos los encuentran en la casa de un
familiar, es porque siguen buscando a un adulto como referencia”,
analiza.
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