Hoy Clarín trae una nota de opinión redactada por Carlos Gherardi, Doctor en medicina. Es la primera vez que encuentro se dedique tanto espacio a Georges Canguilhem en un periódico, todo un motivo de júbilo.
De TUS ZONAS EROGENAS, libro en prueba de galera, unos párrafos conque ilustro la vigencia de Georges Canguilhem, 1904-1995, pensador francés.
En una publicación de 1990, La salud: concepto vulgar y cuestión filosófica, Canguilhem notó que conceptualizar sobre la salud, remite a nociones como placer y dolor, lo que transmite la subjetividad del enunciante. Lúcidamente, Canguilhem señala que las estadísticas y tablas comparativas se establecen sobre enfermedades, no sobre salud.
El paciente puede estar disfrutando su bienestar y el médico lo encuentra enfermo. El médico puede darle el alta por encontrarlo sano, esto es, clínicamente repuesto de su convalecencia y el paciente declara su malestar.
A partir de este hecho clínico, ¿qué es la salud? ¿de cuál placer y dolor hablamos? Del que suponen el facultativo o el funcionario público, o del que siente el paciente.
Remitiéndonos a Canguilhem en sus palabras de 1982,
- en cuanto a la salud, se trata de seguridades presentes y aseguramientos para el futuro,
reencontramos el mismo dilema en otro plano, porque ¿de cuáles seguridades y aseguramientos hablamos? De los que suponen el facultativo y el funcionario público o de los que registre el paciente, con lo que se denota la subjetividad de quien enuncia
Georges Canguilhem señaló que para la vejez hay apenas dos caminos: la cuenta bancaria o el asilo. Ningún experto declararía sano a alguien simplemente porque dispone de esas posibilidades en nuestra sociedad. Ningún paciente pregonaría su salud en base a su dinero depositado o a su estancia en el hogar público.
Un anciano que está solo se enferma más frecuentemente que otro que se ve con sus hijos y nietos, y que intercambia muestras de afecto, incluidas sus manifestaciones corporales, con ellos.
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