La familia más longeva del mundo vive en Italia

La familia más longeva del mundo vive en Italia

Los hermanos Melis celebraron su longevidad junto con sus familiares y amigos en la isla de Cerdeña, donde viven todos. Son nueve hermanos y suman, entre todos, 818 años y 205 días de edad. La mayor de ellos cumplió 105 años en estos días y la más pequeña tiene 78. Viven en un pueblito de la isla de Cerdeña, Italia, y acaban de recibir desde Londres la increíble noticia de que son la familia más longeva del mundo y que han entrado al célebre Guinness World Records, después de siete años de investigaciones en todo el mundo, desde los Andes hasta el Lejano Oriente.

Los nueve hermanos, de apellido Melis, viven en Perdasdefogu, en sardo significa "piedras de fuego", un pueblo de 2100 habitantes del interior de Cerdeña, que se eleva unos 600 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Ogliastra, en el centro-sur de la isla.

¿A qué se debe semejante longevidad? Para Mario Pirastu, genetista del Centro Nacional de Investigaciones italiano, esta longevidad no tiene que ver tanto con el ADN, sino con el estilo de vida,

     -        Más que los genes, en esta familia creo que ganó la higiene, entendida como estilo de vida, con el cuerpo siempre en movimiento. Y probablemente los Melis no conocen el estrés.

El periódico La Nuova Sardegna comenta que Consolata, la mayor, la más feliz de la familia. La cuidan sus nueve hijos (seis mujeres y tres varones), sus 24 nietos y sus 25 bisnietos.

La longevidad de esta familia va unida a una gran fertilidad familiar. La mamá de Consolata fue premiada con una medalla de honor en 1939, plena época fascista, por haber sido madre nada menos que de 11 hijos. Pero la longevidad parece tener que ver con una vida marcada por sacrificios, dolor, necesidades y lucha. Perdasdefogu siempre fue un pueblito perdido, con sólo ovejas y cabras para subsistir.

A principios del siglo pasado, cuando nació Consolata, faltaba de todo: no había colegios ni calles ni trabajo, como recordó

     -        Eran años de hambre. Sobrevivíamos comiendo lo que cazábamos. En el pueblo, sólo había mujeres. Los hombres se iban a la guerra, era un pueblo de luto.

Mientras sus hermanos se vieron obligados a ir a la guerra, ella se dedicó a trabajar la tierra, criar a los hijos, ir a buscar agua a los manantiales.

Cuando le avisaron que había entrado a formar parte del Guinness World Records su reflexión fue

     -        Nos habrán cuidado bien.