DESAFÍO
DE BIENESTAR
Enlace
y reseña de la nota publicada en Crónica
María Della Rodolfa, la responsable de "Salud sin
daño".
Suena contradictorio pero muchas veces la medicina está
lejos de sanar. Es por eso que la doctora María Della Rodolfa lucha por
cuidar la salud con métodos no contaminantes y por la protección ambiental.
Leé lo que le dijo a Crónica Salud.
Por Luciano Bugner
lbugner@cronica.com.ar
Lejos de curar, muchas veces la medicina enferma. Es verdad.
La frase suena confusa y contradictoria, pero es así. Y esto sucede porque los
aparatos tecnológicos a los que estamos expuestos a la hora de visitar a un
profesional contribuyen a generar exposiciones peligrosas que pueden derivar en
enfermedades terminales. El mejor ejemplo es el mercurio, sustancia tóxica que
se encuentra dentro de los termómetros y tensiómetros. Para evitar estos
problemas se creó la coalición Salud sin Daño, cuya responsable de los
programas para América Latina, la doctora María Della Rodolfa, dialogó
con Crónica Salud en un mano a mano.
Estados Unidos. Año 1994. Las miradas estaban puestas en el
Mundial de Fútbol. Todo era alegría en el gobierno de Bill Clinton. Sin embargo
hubo quienes dejaron de lado el deporte y, en medio de la algarabía, comenzaron
a estudiar los hospitales. Es así como la Agencia de Protección Ambiental
emitió un informe que subrayaba que la incineración de los residuos médicos
producía, entre otras cosas, dioxinas (compuestos químicos contaminantes para
el ambiente). ¿Qué es esto? Fácil. Al tener elevada toxicidad, pueden provocar
problemas de reproducción y desarrollo; afectar el sistema inmunitario;
interferir con hormonas, y de ese modo causar cáncer. Esto dejó en evidencia
que había que hacer algo con la salud.
“Así nacimos”, es lo primero que relata Della
Rodolfa (M.N. 56.226). Esta ocupación y preocupación que se engendró en el
país norteamericano llegó a Argentina en 2003. “La regional oficial está en
la Ciudad de Buenos Aires. Contamos con referentes de la campaña en Chile,
Perú, Costa Rica y Brasil, donde existen hospitales saludables. Además hay
personas trabajando individualmente en otros lugares, como Colombia, Ecuador y
México”, siguió.
Objetivo primordial
La función principal que tiene la asociación es –como bien
dice en su sitio web– transformar mundialmente el cuidado de la salud sin
comprometer la ciudad donde vive el paciente, para que sea ecológicamente
sustentable y deje de ser una fuente de daño para las personas y el ambiente.
“Determinados insumos, como por ejemplo los termómetros y tensiómetros, se
rompen y contribuyen a la contaminación ambiental. Y para esto proponemos otras
alternativas”, siguió la doctora, que insistió en el uso de los
instrumentos digitales o infrarrojos. Para llevar conciencia al mundo médico,
Salud sin Daño necesita de la ayuda de los profesionales, ya que ellos son
quienes están día a día con los pacientes. “Nosotros difundimos la necesidad
del cambio. Por suerte, los treinta y tres hospitales de Capital Federal no
compran materiales con mercurio. Ese fue un acuerdo que tuvimos”, dice
María Della Rodolfa con cierto orgullo.
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