Margarita Linton, 1925-2009, toda una vida

TODA UNA VIDA

Margarita Linton, 1925-2009, toda una vida

 En abril de 2009, Margarita Linton fue encontrada, maniatada y con signos de golpes y de asfixia, en su departamento del barrio de Palermo.

Fuentes policiales informaron que la víctima, de 83 años, fue encontrada muerta en su habitación por un familiar que había ido a visitarla y que al encontrarla en semejantes condiciones llamó al 911.

En un primer momento los agentes procuraron establecer si existían faltantes de valores que avalen la hipótesis del robo como móvil del crimen, aunque no descartaban otras pistas en el entorno de la veterana actriz. En ese sentido, advirtieron que los accesos al departamento no estaban violentados.

Por el curso de la investigación su empleada doméstica fue detenida 10 días después como sospechosa. La mujer -de 25 años y nacionalidad paraguaya- fue apresada durante un procedimiento realizado por efectivos de la Policía Federal en Ciudad Oculta, Villa Soldati, informó Infobae en ese momento.

Margarita Linton (es su apellido artístico, su nombre era Margarita González) filmó varias películas entre las décadas del 40 al 60, y uno de sus personajes más conocidos fue el de Leda en Vivir un instante, estrenada en mayo de 1951. Margarita trabajó con figuras de nuestra escena, entre ellas, Tita Merello, Alberto Closas, Ernesto Bianco, Ángel Magaña y Orestes Caviglia.

Chao amor (1967)

Crisol de hombres (1954)

Vivir un instante (1951)

La cuna vacía (1949)

Cuando ocurre un homicidio, los medios –en primer lugar los audiovisuales- y la opinión pública, sostienen un argumento que creen de hierro. Si se trata de una madre, de un padre o de un niño o adolescente, dicen,

-        Toda una vida por delante.

Cuando asesinan a ancianos, no he encontrado que nadie diga

-        Toda una vida vivida, no merece terminar así.

Estas víctimas no tienen toda una vida por delante, ya vivieron gran parte de ella. Pero no hay asesinatos menos malos que otros, menos condenables que otros. Semejante jerarquía condescendiente es insostenible ante la realidad del  crimen, robar la vida, larga o breve, que es de otro.