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miércoles, 29 de enero de 2014

El libro en papel responde al crecimiento del ebook




Enlace y reseña de la nota publicada en Tiempo Argentino

El libro tradicional contraataca frente al crecimiento del ebook

Desde novedosas campañas de lectura a un proyecto del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets varias son las propuestas que reivindican el rito de pasar las páginas y escribir al margen. El viejo libro no se rinde.

Por:
Tiempo Argentino
El libro tradicional, aquel que sucedió al rollo y que mantuvo su reinado hasta fines del siglo XX, está desarrollando técnicas para defenderse de la irrupción del libro digital. La piedra, las tablillas de arcilla, el papiro, el rollo, los libros manuscritos de los conventos y, finalmente, el libro salido de la imprenta de Gutenberg constituyen la historia del libro-objeto, del libro tangible que, según los agoreros, será desplazado por el evanescente libro digital aunque hoy todavía convivan ambas un poco porque los lectores más conservadores no están dispuestos a abandonar la forma ortodoxa del libro y otro poco porque no todo lo que sale en formato papel tiene su correlato en versión digital de manera inmediata. Además, en defensa del libro tradicional es preciso decir que se trata de un objeto cuyo diseño es difícil de superar, razón por la cual ha mantenido su vigencia durante tantos siglos. 
Las formas de la resistencia al ebook son diversas, pero todas son producto del ingenio puesto al servicio de conservar un objeto cultural emblemático cuya condena a desaparecer lamenta gran parte del mundo. Según lo consigna aparecida en el diario El País de España, las propuestas provienen tanto de áreas de la tecnología no digital como de ideas colectivas novedosas para fomentar la lectura de libros tradicionales.
No es la primera vez que el libro con soporte papel echa mano del ingenio para apelar a los sentidos del lector y no sólo a su inteligencia. Los libros troquelados especialmente destinados a los más chicos son desde hace tiempo una forma de anticipación de la tecnología 3D. Utilizan origami, kirigami, papiroflexia y diversas técnicas relacionados con las tres dimensiones. Si bien pueden rastrearse ejemplos de este tipo de libros desde hace más de un siglo, las nuevas técnicas de impresión le suman un encanto adicional.
Pero si los libros troquelados están destinados a los más chicos, también existen otros con "efectos especiales" destinados a los más chicos. Según lo refiere la nota de El País, "el MIT media Lab nos propone un 'toque' de realidad en formato papel, con artefactos electrónicos en un prototipo tapizado de luces LED". Aunque el camino es diferente, el objetivo es parecido al de los textos troquelados: interpelar los sentidos del lector sumando a la información o la historia de ficción  sensaciones visuales y táctiles. Por supuesto, también esta propuesta se vale de la tecnología, pero elude específicamente la digital, es decir que aplica la tecnología sin alterar la esencia del libro con soporte papel. Toma del área digital el concepto de interacción, pero le da una vuelta de tuerca. A medida que avanza la trama, la cubierta de luces LED cambia de color. Además, "el lector es 'tocado' también, a través de una especie de chaleco futurista, que vibra, hace presión utilizando bolsas de aire o genera cambios de temperatura en puntos localizados." Este tipo de libro se enmarca en el programa  Sensory Fiction, que desarrolla sus propuestas basándose en las fantasías de la ciencia ficción. La historia para esta experiencia es el relato La muchacha que estaba conectada, de James Tiptree Jr, (pseudónimo de la escritora Alice B. Sheldon). Este relato está  incluido en el volumen Mundos cálidos y otros de la editorial Edhasa). De resultar exitosa esta experiencia, la palabra dejará de ser el elemento por antonomasia de los escritores que podrán echar mano también de otros recursos ajenos a la comprensión meramente intelectual. Si bien se trata de una forma de resistencia a la tecnología digital, lo cierto es que transforma la experiencia de lectura y también la de escritura.
Desde hace tiempo, el libro tradicional ha incorporado otros elementos que son una forma de seducir lectores. El libro con CD es ya casi  un formato instituido. Del mismo modo que lo hace la letra escrita, el audio o incluso el audio-visual es una forma de "fijar" de "atrapar" la palabra viva, que es volátil por naturaleza. Las colecciones de poemas leídos por sus autores fueron las pioneras en el intento de enriquecer la propuesta del libro con soporte papel. Hoy puede encontrarse una amplia gama de estos "libros combinados" tanto en los kioscos como en las propias librerías. Canciones  para niños, textos leídos por sus autores y registros de recitales de música son forma ya casi clásicas en la Argentina de darle batalla al libro digital.
Con frecuencia, las campañas para fomentar la lectura tanto en el país como en el exterior, aunque no lo especifiquen de manera explícita son un a forma indirecta de darle apoyo al texto tradicional que parece peligrar debido a las nuevas tecnologías. Según menciona la nota de El País, en Lima, Perú, se ha encontrado una forma novedosa de fomentar la lectura. Se trata del proyecto 'BiblioTaxi'. Los pasajeros que suban a un vehículo tendrán a su disposición una cantidad de títulos que podrán comenzar a leer ni bien suban, despreocupándose de esta forma de los problemas del tránsito. Claro que el tiempo de un viaje en taxi suele resultar escaso para leer  un libro completo. Pero si el pasajero se dejó seducir por un texto y siente ganas de seguir leyendo, podrá llevarse el libro a casa, y devolverlo a cualquier otro taxi de la red Bibliotaxi. Se trata de  una idea de la empresa Easy Taxi que ya se ha puesto en marcha  en Brasil y también en Chile. Por su parte, en la Argentina, hace años se implementó el reparto de libros en las canchas de fútbol. Es difícil medir los resultados prácticos de estos intentos. Pero no hay duda de que el libro de papel no se rendirá a las nuevas tecnologías sin ofrecer resistencia.  «



qué es el media lab del mit
El Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) promueve un sistema de pensamiento que va a contrapelo del pensamiento tradicional. Abarca una amplia variedad de campos que van desde la robótica a la neurobiología pasando por la epistemología y el aprendizaje. Una de sus características fundamentales es que no clasifica el saber por disciplinas establecidas, sino que busca encontrar conexiones inéditas entre las diferentes áreas de conocimiento.
Se guía por diversos lemas relacionados con la creatividad entre los que se cuentan los siguientes "La diversión está en el trabajo", "Demuestra o muere", "Imagina y haz realidad".
Este singular laboratorio nació en la Escuela de Arquitectura y Planificación del MIT en 1985, de la mano de Nicholas Negroponte, quien fue su primer presidente, y Jerome Wiesner. En su  espacio  convergen diseño, multimedia y tecnología. Está  alojado en el Edificio Wiesne.

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