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miércoles, 29 de octubre de 2014

Día Mundial del ACV: prevenciones y cuidados

de
Tiempo Argentino

Se celebra hoy el día contra esa enfermedad

ACV: qué se puede hacer para prevenir

En la Argentina, cada 4 minutos se cobra una nueva víctima El tabaquismo y la obesidad encabezan el listado de factores de riesgo.

ACV: qué se puede hacer para prevenir
ACV - Luego de la menopausia, el riesgo se acerca al de los hombres. Los especialistas recomiendan prevenir.
Para cuando termine de leer esta nota, el ACV se habrá cobrado otra víctima. En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de un Ataque Cerebrovascular, enfermedad que se ha convertido en la primera causa de discapacidad y en la segunda de muerte del país.
En los últimos años se ha difundido mucha información sobre las generalidades de esta enfermedad, sin embargo, el ACV ataca de modos diferentes a hombres y mujeres. En las nuevas guías de riesgo que fueron certificadas por la American Heart Association de tratamiento y prevención se sumaron a los factores de riesgo más conocidos, otros directamente asociados a las mujeres, como las pastillas anticonceptivas, o terapias de remplazo hormonal.
Durante mucho tiempo, las campañas de salud en las mujeres se centraron en la prevención del cáncer de mama y de cuello uterino. Aunque los cánceres ginecológicos son una causa evitable o prevenible de enfermedad en las mujeres, la enfermedad vascular, tanto del corazón como del cerebro, las afecta de la misma forma que a los hombres, y al igual que en ellos es la primera causa de mortalidad y discapacidad en el mundo. Sin embargo, muchas mujeres no conocen este riesgo o creen que es menor que el de los varones.
Los especialistas aseguran que entre los factores de riesgo se encuentran la menopausia, la terapia de remplazo hormonal, la hipertensión arterial, el hábito tabáquico, y las pastillas anticonceptivas.
Existen dos tipos de ACV: el isquémico, que se produce por obstrucción de una arteria cerebral y en consecuencia se interrumpe el flujo sanguíneo (ocurre en el 80% de los casos); y el hemorrágico, que se desencadena por ruptura vascular. Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden trabajar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.
Casi un 30% de los sobrevivientes queda con discapacidad permanente. Y, a las lesiones físicas cotidianas que genera (como alteración o pérdida del caminar, vestirse, comer, bañarse, hablar, entender o escribir) se suman discapacidades personales y laborales que precisan una neuro-rehabilitación no sólo biológica sino también educativa e interdisciplinaria.
El accidente cerebrovascular no es un accidente, ya que es prevenible. La mayoría de los factores de riesgo son tratables o incluso erradicables y las campañas de salud de la mujer cada vez más hacen hincapié en la salud vascular.
Uno de los factores de riesgo modificables es la hipertensión arterial. Si bien la elevación de la presión arterial aumenta el riesgo de cualquier enfermedad vascular, pero especialmente de las arterias del cerebro, y afecta por igual a hombres y mujeres, durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones, entre ellas el accidente cerebrovascular. Por ello es importante controlar estrictamente la presión durante este periodo para evitarlo, aconseja Claudia Alonzo, médica clínica y secretaria científica del Consejo de Stroke de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Las alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias) se pueden presentar en diferentes combinaciones de frecuencia y ritmo, pero la arritmia que más aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular es la fibrilación auricular. El tabaco es una de las causas prevenibles más importantes de la disminución de la esperanza de vida, y el aumento del riesgo es aún mayor en las mujeres. También en este sentido, la obesidad y el sobrepeso aumentan por igual el riesgo vascular en hombres y mujeres, pero la obesidad es más prevalente en las mujeres.
EMBARAZO. Aunque el accidente cerebrovascular es muy raro durante el embarazo, existe un ligero aumento del riesgo y el posparto inmediato que está determinado por los cambios en la circulación que se producen, especialmente cuando la embarazada presenta hipertensión arterial  durante el embarazo, más aún en las formas graves como la eclampsia que, además de aumentar el riesgo de partos prematuros o de nacimiento de niños de bajo peso, aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos y hemorrágicos.
"El aumento de la coagulabilidad de la sangre también es un factor de riesgo para que se produzcan coágulos dentro de las arterias y las venas del cerebro que obstruyen la circulación de la sangre", explicó Alonzo y agregó que "también es importante recordar que el antecedente de haber tenido hipertensión arterial o diabetes durante el embarazo es un marcador de mayor riesgo de tener problemas vasculares en el futuro".
ANTICONCEPTIVOS. Las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona) aumentan la coagulabilidad de la sangre y, por lo tanto, el riesgo de que se produzcan coágulos que obstruyan la circulación de las arterias que llevan sangre al cerebro o de las venas que permiten su salida.
Los anticonceptivos orales utilizados en la actualidad, a diferencia de los más antiguos, tienen dosis muy bajas de hormonas por lo que el aumento de riesgo de complicaciones es tan bajo que los especialistas coinciden en que no contraindica su uso.
"Sin embargo, hay que ver si la mujer que utilizará los anticonceptivos no tiene otros factores que potencien el riesgo. De esta forma, las mujeres mayores, las fumadoras, o aquellas con hipertensión arterial, aumento del colesterol o diabetes, son obesas o tienen migraña, deberán discutir cuidadosamente con sus médicos los riesgos y beneficios, ya que el riesgo de accidente cerebrovascular aumenta cuando se combinan estos factores, y considerar otras opciones para la anticoncepción", explicó la especialista.
MENOPAUSIA. Los estrógenos tienen efectos protectores para salud de las arterias, por lo que el riesgo de accidente cerebrovascular es menor antes de la menopausia, que es el período en el que la producción de estrógenos disminuye notablemente. Es por ello que después de la menopausia el riesgo de accidente cerebrovascular aumenta para equipararse con el de los hombres. La edad en que se produce la disminución de la producción de estrógenos podría influir sobre el riesgo, ya que las mujeres con menopausia precoz podrían tener menos tiempo de "protección hormonal" y más tiempo expuestas a riesgo más alto.
Es importante recordar este aumento considerable del riesgo en las mujeres que ya han tenido su menopausia para ajustar e intensificar el tratamiento de los factores de riesgo vascular, como así también que la gravedad de los accidentes cerebrovasculares podría ser mayor ya que se producen a edades mayores, con lo que las secuelas como tienen mayor impacto sobre la capacidad de vivir en forma independiente.  «



Qué hacer ante la emergencia

Si usted está junto a una persona que ha sufrido un ataque cerebral, lo primero que debe hacer es acostarlo con un almohadón o varias almohadas, asegurándose de evitar que se caiga. La persona debe permanecer sobre uno de sus costados para evitar que la saliva o un eventual vómito se dirijan a la vía respiratoria.
Inmediatamente debe llamar al servicio de emergencias público (SAME o similar) o privado (de su obra social, prepaga o mutual), aclarando al operador que la persona ha sufrido un ataque cerebral, lo que constituye una emergencia neurológica y requiere el envío de una ambulancia con código rojo.
Mientras espera la llegada de la ambulancia, no proporcione al paciente ningún tipo de medicación.
Debe evitar el uso de aspirina o cualquier medicación habitualmente indicada para el descenso de la presión arterial (antihipertensivos). No debe bajarse la presión arterial ni siquiera cuando la víctima tenga valores inusualmente elevados. Esta es una tarea que sólo compete al equipo médico y en el contexto hospitalario adecuado.

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