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sábado, 8 de febrero de 2014

Mi amiga la oscuridad: por primera vez, Teatro Ciego para niños




Enlace y reseña de la nota publicada en Tiempo Argentino


07.02.2014 | Mi amiga la oscuridad, una obra destinada a los chicos

Un teatro que interpela a todos los sentidos, excepto el de la vista

Un nuevo espectáculo del Teatro Ciego que, por primera vez, está destinado a los chicos y referido a uno de sus grandes temores.

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Que se apaguen las luces –todas las luces– y ni siquiera titile un punto brillante en algún lugar para dar cuenta del espacio. Que sólo se escuchen música y sonidos. Que se huela y se deguste –sí, comida– y se sienta en la piel la humedad, o una brisa. Una experiencia para disfrutar con todos los sentidos menos uno.
Con Mi amiga la oscuridad, el nuevo espectáculo de la compañía Teatro Ciego, la propuesta que hasta ahora era sólo de espectáculos para adultos se radicaliza al apostar a una obra infantil que juega con uno de los mayores monstruos de la infancia, una amenaza con la que algunos chicos tienen cita cada noche al ir a la cama. Este miedo fue la materia con la que Martín Bondone –el director– se animó a pensar esta pieza que cuenta una historia entre las hermanas Claridad y Oscuridad. Aunque la que roba escenario sea la segunda. La puesta está armada para que niños, a partir de los cuatro años. La primera parte del espectáculo cuenta con algunas técnicas de teatro negro y de sombras para luego sí, luego de ese ensayo prepararse para que se apague por completo la luz. Entre los actores hay no videntes pero la propuesta del teatro es inclusiva: no es un teatro para ciegos, ni tampoco de ciegos, sino lo que prima es la inclusión y las ganas de vivir una experiencia sensorial diferente. La obra gana más por su originalidad que por el desarrollo de una trama que no termina de contar la historia entre estas hermanas. Gana por la experiencia –también para los padres que tienen que empezar por apagar los celulares, no basta silenciarlos– y entregarse a un viaje en negro. Hay quien elige cerrar los ojos, mantenerlos abiertos puede resultar algo opresivo. Pero al dejarse llevar por la propuesta se puede disfrutar y divertirse con los olores (a chicle, al caño de escape de una moto). O degustar del chocolate que uno de los personajes revela que hay bajo cada silla. O dejarse mojar un poquito por la lluvia que cae en algún momento de la historia, tanto como sentir la brisa que arremete.
El teatro a ciegas en la Argentina surgió en la provincia de Córdoba en 1991, cuando Ricardo Sued, pensando en las técnicas de meditación en la oscuridad practicadas en los templos zen tibetanos.
A mediados de los noventa se presenta en el teatro Espacio Giesso y en el teatro Arte de Belgrano. En 2001, Gerardo Bentatti, ex miembro del elenco, funda el grupo Ojcuro, esta vez conformado en su mayoría por actores no videntes (miembros del grupo de teatro leído de la Biblioteca Argentina para Ciegos) por su habilidad para manejarse en un espacio sin luz. Un año después, el grupo Ojcuro estrena La isla desierta de Roberto Arlt, en el teatro Anfitrión, para luego reestrenarla en la Fundación Konex donde permanecen en cartel hasta junio de 2008.
Luego siete años en cartel, y ante la necesidad de fomentar la creación de nuevos espectáculos y el desarrollo pleno de la técnica tuvieron la necesidad de contar con un espacio propio. Es así como, con el actual director de la compañía Martín Bondone, apostaron a ello. Desde 2008 abrió sus puertas este que fue el primer teatro ciego del mundo, un espacio donde todos los espectáculos son presentados en la más absoluta oscuridad, buscando el desarrollo cooperativo e igualitario de sus miembros. En cartel actualmente presentan las obras para adultos Ciegas Gourmet, un espectáculo musical donde también se cena en un menú de seis pasos. O el musical sobre Pink Floyd con la tecnología inventada por el argentino Hugo Zuccarelli, los parlantes holophonics. "Hay que entregarse", comentó una mamá que participó el sábado pasado de este espectáculo infantil junto a una amiga y sus hijos. Y agregó: "Pero una vez que te entregás a la oscuridad, es un buen viaje."  «

La obra
Mi amiga la oscuridad está los sábados y domingos a las 16 en Zelaya 3006, Almagro. 

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