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sábado, 21 de junio de 2014

...el diario no sólo se lee en el papel...

de
La Voz
de Bragado

La frase de hoy: “Uno cree que el diario sólo se lee en el papel, pero se trata de un error”.
 Por esto del avance de las comunicaciones, muchas personas se enteran de las noticias del diario a través de Internet, con “La Voz on line”. Tal vez convenga aclarar que La Calle, por ejemplo, escribe sus garabatos pensando en el diario de papel… Que eso se traslade a los medios electrónicos es mérito de otras personas.
Vvvvvv
 En algún momento alguien pregunta de “dónde se sacan las noticias”. La Calle, como corresponde, responde con la verdad. Llegan por varios caminos, algunos impensados y, más de una vez, con apoyo de otros medios de información. No estamos solos en medio del mar y hay cuestiones que se comparten. No hay que tener vergüenza en confesarlo. Hace rato que aquello de la búsqueda desesperada de la primicia ha dejado de quitarnos el sueño.
 Aún así, a veces uno se siente bien cuando está solo frente a un hecho. Aunque haga frío y la medianoche llegue en puntas de pie, ya se sabe que es el territorio donde salen los fantasmas que duermen durante el día…
Vvvvvv
 El lunes a las 17.20 horas, salió del Cuartel de Bomberos un camión. Ese grandote, de color casi blanco. Se lo llamó desde la esquina de Del Busto y Juan Manuel de Rosas, para ubicar a los vecinos, haciendo cruz con la casa de don Juan Belén. ¿Saben a que hora volvió? A la una de la madrugada del martes…
Vvvvvv
 En ese lugar está haciendo una obra vinculada con el suministro de agua la empresa Zapacosta –desde hace algunos meses, haciendo distintos trabajos importantes en Bragado- y se había producido una avería en el caño maestro. Como todo está bajo tierra, uno no se entera de su existencia cuando abre la canilla y el agua sale naturalmente…
 El camión del Cuartel lo que hizo fue desagotar un pozo profundo pero demasiado estrecho para permitir el trabajo de más de una persona…
Vvvvvv
 Mientras las calles del barrio se convertían en un depósito de agua, llenando las cunetas e incluso “invadiendo” el asfalto de la calle Juan Manuel de Rosas, un operario trabajó duramente y a lo largo de mucho tiempo para reparar el problema. Por lo que se pudo observar, sin tiempo ni oportunidad para preguntar, lo que ese muchacho hizo fue reemplazar la parte dañada. Es fácil escribirlo; no fue tan simple conseguir empalmar lo nuevo con lo antiguo, con el agua helada y las manos sin guantes, trabajando a puro ingenio, conocimiento y martillo…
Vvvvvv
 Sus compañeros, desde el costado, le alcanzaban las herramientas, como si fuera un cirujano en plena operación. La Calle lamentó no tener una máquina para sacar fotos. La que se publica fue sacada al día siguiente, con el trabajo listo, todo sequito y con el normal suministro de agua. 
 Se aclara que el corte afectó a buena parte de la ciudad, pero se normalizó alrededor de las 0 horas del martes.
 Es una historia real, a la cual sólo le falta el nombre del protagonista. Queda en suspenso, como los cuentos de Marquitos Barbetti.
 Sin embargo, la promesa es publicarlo, porque el esfuerzo realizado fue mucho y los testigos, pocos. La premisa callejera de publicar buenas noticias había sido cumplida. No pasa muy seguido, por eso, la alegría.

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