La Voz
de Bragado
La frase de hoy: “Uno cree que el diario sólo se lee en el papel, pero se trata de un error”.
Por esto del avance de las comunicaciones, muchas personas se enteran
de las noticias del diario a través de Internet, con “La Voz on line”.
Tal vez convenga aclarar que La Calle, por ejemplo, escribe sus
garabatos pensando en el diario de papel… Que eso se traslade a los
medios electrónicos es mérito de otras personas.
Vvvvvv
En algún momento alguien pregunta de “dónde se sacan las noticias”. La
Calle, como corresponde, responde con la verdad. Llegan por varios
caminos, algunos impensados y, más de una vez, con apoyo de otros medios
de información. No estamos solos en medio del mar y hay cuestiones que
se comparten. No hay que tener vergüenza en confesarlo. Hace rato que
aquello de la búsqueda desesperada de la primicia ha dejado de quitarnos
el sueño.
Aún así, a veces uno se siente bien cuando está solo frente a un
hecho. Aunque haga frío y la medianoche llegue en puntas de pie, ya se
sabe que es el territorio donde salen los fantasmas que duermen durante
el día…
Vvvvvv
El lunes a las 17.20 horas, salió del Cuartel de Bomberos un camión.
Ese grandote, de color casi blanco. Se lo llamó desde la esquina de Del
Busto y Juan Manuel de Rosas, para ubicar a los vecinos, haciendo cruz
con la casa de don Juan Belén. ¿Saben a que hora volvió? A la una de la
madrugada del martes…
Vvvvvv
En ese lugar está haciendo una obra vinculada con el suministro de
agua la empresa Zapacosta –desde hace algunos meses, haciendo distintos
trabajos importantes en Bragado- y se había producido una avería en el
caño maestro. Como todo está bajo tierra, uno no se entera de su
existencia cuando abre la canilla y el agua sale naturalmente…
El camión del Cuartel lo que hizo fue desagotar un pozo profundo pero
demasiado estrecho para permitir el trabajo de más de una persona…
Vvvvvv
Mientras las calles del barrio se convertían en un depósito de agua,
llenando las cunetas e incluso “invadiendo” el asfalto de la calle Juan
Manuel de Rosas, un operario trabajó duramente y a lo largo de mucho
tiempo para reparar el problema. Por lo que se pudo observar, sin tiempo
ni oportunidad para preguntar, lo que ese muchacho hizo fue reemplazar
la parte dañada. Es fácil escribirlo; no fue tan simple conseguir
empalmar lo nuevo con lo antiguo, con el agua helada y las manos sin
guantes, trabajando a puro ingenio, conocimiento y martillo…
Vvvvvv
Sus compañeros, desde el costado, le alcanzaban las herramientas, como
si fuera un cirujano en plena operación. La Calle lamentó no tener una
máquina para sacar fotos. La que se publica fue sacada al día siguiente,
con el trabajo listo, todo sequito y con el normal suministro de agua.
Se aclara que el corte afectó a buena parte de la ciudad, pero se normalizó alrededor de las 0 horas del martes.
Es una historia real, a la cual sólo le falta el nombre del
protagonista. Queda en suspenso, como los cuentos de Marquitos Barbetti.
Sin embargo, la promesa es publicarlo, porque el esfuerzo realizado
fue mucho y los testigos, pocos. La premisa callejera de publicar buenas
noticias había sido cumplida. No pasa muy seguido, por eso, la alegría.
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