Página 12
MUNDIAL
Sobreexpuestxs
Cómo se palpita el mundial en pleno furor de las redes sociales.
Por Malena Rey
Hace
apenas cuatro años, en la previa del Mundial de Sudáfrica, las redes
sociales no acaparaban tanto tiempo ni espacio en la vida cotidiana.
Twitter, por ejemplo, no era una red social tan masiva y extendida a lo
largo del mundo. Si se buscaban ahí datos de primera mano de los
jugadores de la Selección Nacional, resultaba que todos eran fakes,
perfiles falsos que subían a la web mensajes o chistes haciéndose pasar
por los verdaderos. El único que sí había “autenticado” su cuenta –algo
que ahora se volvió muy común, por lo que famosos, músicos y presidentes
tienen al lado de su nombre un visto bueno, certificando que
efectivamente se trata de ellos– era el Kun Agüero. Pero tuiteó poco el
Kun en Sudáfrica, apenas unas arengas y la frustración de perder con
Alemania. Cuatro años más tarde, las redes sociales explotaron y el de
Brasil se perfila como el Mundial más mediatizado, más cubierto, más
fotografiado, más “compartido”, y más retuiteado de los que tengamos
memoria, aunque la FIFA no permita ingresar a los estadios con tablets. Y
toda esta hiperconciencia, esta grandilocuencia mediática y global,
¿tendrá efectos sobre el fútbol? ¿Eso es lo de menos? Para esta Copa
parece no haber límites ante lo que puede viralizarse y hacerse público.
Algunos ejemplos más que elocuentes tienen que ver con la
posibilidad de acceder “sin intermediarios” a lo que quiere comunicar
cada selección. Para Brasil 2014, cada equipo tiene su cuenta oficial de
Twitter, de carácter institucional (la cuenta @Argentina no para de
tuitear y proponer hashtags), y además la mayor parte del plantel
argentino tiene su perfil propio, con seguidores que van de los varios
miles a los 5,6 millones. Pero el asunto no se queda en Twitter. Pocho
Lavezzi alimenta a diario su elocuente cuenta de Instagram
(http://instagram.com/pocho22lavezzi), donde cuelga fotos de la
concentración, de los viajes en micro, de su madre probando una torta, o
selfies con sus compañeros, acompañadas por breves textos, provocando
muchos comentarios. Obviamente, de estas fotos se valen los diarios para
generar noticias, como la que se tituló “La despedida Argentina fue
protagonista en Twitter” en Perfil, y que directamente replicaba los
mensajes de los jugadores.El caso de Messi es diferente, porque alrededor suyo todo se monetariza. Lionel, que tiene una gran cantidad de fakes en Twitter, prefiere comunicarse oficialmente vía Facebook (donde lo siguen apenas ¡57 millones! de personas) con mensajes bilingües que claramente no son redactados por él sino por sus sponsors o community managers. Su mensaje del 4 de junio, en la previa del Mundial, decía por ejemplo: “Para mí, siempre es un placer jugar en la Argentina. Estoy encantado de poder prepararme acá para el Mundial. Hoy también estrenaré mis botines nuevos, los Battle Pack de Adidas, en un juego, ¡espero que les gusten!”, replicando un poco su falta de espontaneidad a la hora de hacer declaraciones públicas.
El desafío de Brasil 2014 pasará porque cada unx encuentre su forma de mirar, de informarse (o de esquivar) la avalancha de noticias que se producen en torno al Mundial. Un proyecto de cobertura alternativa es por ejemplo el de Favela 11 (www.favela11.com). Con base en México, se definen como “un proyecto de crónica y narrativa, imagen y poesía, que durará sólo 32 días y que pretende que, pase lo que pase en el césped, el balón y sus verdugos no importan. El Mundial de Fútbol es nuestro pretexto, pero nos importa muy poco”. Esta “bitácora mundialista de textos e imágenes que no hablan de fútbol” cuenta con corresponsales de distintas puntos del planeta, mujeres y hombres que van en busca de otras historias que contar. Porque los relatos suelen tener más de 140 caracteres, y porque las palabras siguen siendo muy valiosas para generar sentido entre tantas imágenes.
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