HACIA UN PROTOCOLO
PARA VÍCTIMAS DE ABUSOS
Luli denuncia a su pareja por maltratador. Luego atenúa el
motivo de su denuncia, reduciéndolo a una verbalización infortunada, tanto lo empequeñece
que a la cronista, le parece nimio. Finalmente le dará una oportunidad. Eso clausura,
en la nota, la virtud de la aseveración de Luli.
En medio de los problemas legales en que están inmersos. Rocío
denuncia a su pareja por golpeador. Presenta pruebas, fotografías, lo más valioso
en la era de la imagen creíble y de las palabras desvirtuadas. Un viaje favorece la reconciliación
y la denuncia queda en la nada. Recalquemos, solo la denuncia de ella queda en
la nada: luego de la reconciliación que desmerece sus dichos, retornan los mismos
problemas legales con su pareja. Y a ella ¿quién le creerá ahora?
La nota que dispara estas reflexiones, trata ambos abusos,
al 2 x 1. Con lo cual, la lógica del número desmerece la identidad exclusiva de cada víctima, pero también
del colectivo al cual pertenecen: Abusadas.
Las víctimas de abuso vuelven sus pasos, desdicen sus
denuncias, creen en las promesas de sus sometedores, esta vez será distinto, se dicen tratando de autoconvencerse para
dar la oportunidad que cambiará todo, que cumplirá las ilusiones de amor, pero que
lamentablemente terminará siendo más de lo mismo. Y hay demasiada sociedad apurándose a sostener
si lo lo perdonó, no era cierto lo que
dijo, si se reconcilió, no era cierto lo que dijo, si lo intenta nuevamente con
la misma persona a la que denunció, no era cierto lo que dijo.
En este post importan las víctimas. Así los denunciados figuran impersonales.
Por lo demás, son hombres apreciados socialmente como honestos y buena gente.
Importa el mensaje a las víctimas: parafraseando las
conclusiones de la nota,
Además de abusos a la orden del
día, hay femicidios descontrolados y multiplicándose, como para dejar pasar los características
que portan las víctimas de abuso, y no se trata de El pastorcito y el lobo, las víctimas de abuso no se burlan de los
esfuerzos de quienes acuden en su auxilio, no se trata de Caperucita y el lobo, no hay guardabosques que venga a salvarlas en
el momento en que serán devoradas. Se trata de que hay demasiados lobos para demasiadas Carla
Figueroa.
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