lavozdebragado
Aníbal
Carmelo Troilo nació el 11 de julio de 1914, en el barrio del Abasto,
en Capital Federal, Argentina. Cuando tenía 8 años sufrió la muerte de
su padre. Su vocación artística surgió cuando aún cursaba la escuela
primaria. El mismo Troilo comentó alguna vez que “el fueye me atraía
tanto como una pelota de fútbol. La vieja se hizo rogar un poco, pero al
final me dio el gusto y tuve mi primer bandoneón: diez pesos por mes en
catorce cuotas. Y desde entonces nunca me separé de él”.
Su familia lo apodó Pichuco, sobrenombre con el que comenzó a ser
conocido en el ambiente. En 1926, a la temprana edad de 12 años, tocó el
bandoneón en un evento benéfico del Petit Colón, un cine del barrio del
Abasto. A pedido del dueño del cine, pasó a integrar la orquesta
estable del mismo. En 1930 se unió al conjunto Vardaro-Pugliese, que
daba espectáculos en el Metropol de la calle Lavalle. La agrupación
estaba integrada por Osvaldo Pugliese al piano, Alfredo Gobbi y Elvino
Vardaro en violines, Miguel Jurado y Aníbal Troilo en bandoneones y Luis
Adesso en contrabajo.
En 1932 fue llamado por Julio De Caro, quien formó una gran orquesta
que debutó en el cine Astor. La orquesta contaba con Pedro Laurenz,
Armando y Alejandro Blasco, Aníbal Troilo y Calixto Sallago en
bandoneones; Francisco De Caro y José María Rizzuti en pianos; Vicente
Tagliacozzo, Julio De Caro, Samuel Reznik, José Niessov y Sammy
Friedenthal en violines; Vicente y José Sciarreta en contrabajos y
Antonio Rodríguez Lesende como cantante. En 1933, Troilo participó en la
película “Los tres berretines”, en un trío con José Maria Rizzutti en
piano y Vicente Tagliacozzo ejecutando el violín.
Su asenso fue meteórico. El poeta Julián Centeya lo bautizó como -El
Bandoneón Mayor de Buenos Aires-. Troilo fue autor de 60 excelentes
Tangos. Los músicos que lo acompañaron en su carrera musical han
elogiado cada aspecto de su persona. Su talento fue sorprendente, por lo
precoz y la grandeza de su aporte al género. Los entendidos afirman que
su grandeza radica en que su pasión era tal, que eso mismo lo elevaba.
Troilo cerraba sus ojos cuando tocaba pero no pudo explicar el motivo.
En ocasiones dijo que lo hacía porque se sentía dentro de sí mismo.
Tras la muerte de Homero Manzi, una noche interrumpió un juego de
Bacarat se aisló en una habitación para componer en un rato su obra
“Responso”, un lamento que está catalogado como uno de los tangos más
brillantes de todas las épocas. Lo grabó pero luego se negaba a tocarlo.
Lo ha hecho a pedido del público, pero se sabe que sufría cuando lo
hacía.
Troilo fue un melodista extraordinario, talentoso para la composición
como lo demuestra en obras de su autoría para letras de Homero Manzi
(Barrio de tango, Sur, Discepolín, Che Bandoneón). Troilo tuvo en su
orquesta al innovador del tango, cuando joven, Ástor Piazzolla, a quien
difirió con el orgullo de designarlo su arreglador. Troilo Siempre
recordaba a Piazzola: “la gente quiere bailar, no perdamos el baile,
porque si perdemos la milonga, sonamos”. Sus formaciones orquestales
contaron con cantantes de renombre como Edmundo Rivero, Roberto
Goyeneche y Elba Berón.
El Bandoneón Mayor de Buenos Aires murió el 19 de mayo de 1975 en el
Hospital Italiano, a causa de un derrame cerebral y sucesivos paros
cardíacos.
El 11 de julio es el Día Nacional del Bandoneón en Argentina,
declarado por el Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina,
con motivo del natalicio de Aníbal Troilo, con la Ley 26.035,
Sancionada: mayo 18 de 2005, Promulgada de Hecho: junio 16 de 2005.
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