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sábado, 24 de mayo de 2014

Arnaldo Antunes: Usar las palabras como si fueran juguetes enriquece la poesía

de
Tiempo Argentino

23.05.2014 | El músico y poeta brasileño Arnaldo Antunes habla de su forma particular de encarar su trabajo creativo

"Usar las palabras como si fueran juguetes enriquece la poesía"

El gran público lo conoce por su trabajo en Tribalistas y por haber integrado el emblemático grupo de rock de los '80, los Titãs. En la última Feria del Libro de Buenos Aires presentó Palabra desorden, su último libro de poemas.

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Tiene un timbre de voz tan grave que contrasta con sus gestos de niño. Arnaldo Antunes, conocido por el gran público por su trabajo en Tribalistas –aquel disco que grabó en 2002 junto con sus amigos Marisa Montes y Carlinhos Brown–, y un poco más atrás en el tiempo por haber participado de los Titãs –el icónico grupo de rock brasileño de los ochenta–; regresó a Argentina para dar un show en la Feria del Libro de Buenos Aires y presentar su faceta menos popular: la de poeta y artista visual.
Palabra desorden, es la antología bilingüe que publicó Caja Negra en una edición (portugués/español) donde el propio autor trabajó al detalle junto a los traductores Ivana Vollaro y Reynaldo Jiménez. Tanto en las traducciones como en el cuidado del diseño, ya que las grafías en el caso de sus poemas visuales, suman significados. Sus poemas son  para ser leídos y para ser vistos.
"Palavra de ordem” (Palabra de orden) en portugués es una expresión que se utiliza como "consigna". Aquellas ideas que se cantan o vivan para dejar clara una posición en estadios o movilizaciones. "Palavra desorden" es en cambio el juego que utilizó Antunes para uno de sus poemas que da nombre al libro. En lo que resulta un primer acercamiento a su obra poética, este libro reúne textos de Psia, Tudos, As coisas, Nome, 2 ou + corpos no mesmo espaco y Et, eu, tu.
Nacido en la ciudad de San Pablo, este artista de 53 años es padre de cuatro hijos y pareja de una artista plástica. En 1983, un año después de la primera presentación de los Titãs y un año antes del gran éxito en Brasil con ese grupo, Antunes publicó su primer libro de poemas visuales, editado artesanalmente, al que tituló OU E.
Sobre el origen de la poesía es un ensayo que se incluye a modo de material extra en Palabra desorden. Allí reflexiona sobre el oficio por el que menos se lo conoce. En un fragmento escribe: "Las palabras se desapegaron de las cosas, así como los ojos se desapegaron de los oídos, o como la creación se desapegó de la vida. Pero tenemos eso pequeños oasis –los poemas– contaminando el desierto de la referencialidad."
En 1980 su primera exposición fue una muestra de caligrafía. Su libro Doble/duplo (publicado en España en Zona de Obras/Tangará, 2000), fue otra selección bilingüe de poemas y letras de canciones. Con prólogo de David Byrne: "Arnaldo Antunes posee la naturaleza de un niño sofisticado que nos pide que analicemos palabras, imágenes, sonidos y textos, y que lo recibamos todo con profunda inocencia, porque esa inocencia es mucho más provocadora que cualquier sofisticación. Y proporciona mayor placer..."
"Necesito palabras con urgencia, palabras que se utilicen en caso de emergencia", escribió en Palabras quien define su trabajo plástico como poesía visual.

–Usted se ha dedicado a distintas áreas artísticas, todas atravesadas por la palabra.
–Yo empecé a expresarme en la adolescencia en los primeros poemas, y en la música; en las cosas que me interesaban. Empecé con los Titãs un grupo de amigos que éramos todos conocidos de la escuela. La poesía caminó paralelamente. Fui publicando. En algunos momentos se encontraron las dos. Así como la palabra en la canción están muy amalgamadas a los aspectos melódicos y rítmicos; en mi caso la palabra impresa siempre estuvo muy ligada a la materialidad gráfica. Empecé a hacer poesía fuera de los libros: en objetos, en instalaciones, en carteles, en fotografía, en videos. Es como si la palabra envolviera todo mi trabajo, como si fuera la materia prima de todo lo que hago. Es lo que atraviesa las distintas áreas en las que me he desenvuelto. Siempre digo que en todo lo que me aventuro está el lenguaje. No me siento un músico que pudiera hacer música instrumental. O un artista plástico que sólo pudiera dibujar. Siempre tiene que estar presente la palabra, como un puente.
–¿Cuándo se pone a escribir piensa si hará un poema para ser leído o cantado?
–Generalmente durante el proceso de hechura ya sé si aquello es para ser leído en una página o para ser un objeto, o para ser cantado en una canción. Eso ya está un poco impregnado durante el trabajo. Hay muchas maneras de trabajar diferentes. A veces un poema viene impregnado de un lenguaje visual o acompañado de una expresión gráfica. En general hay una separación al momento de hacerlo. No antes, pero sí durante.
–Pareciera que buscara correrse de los límites de la lengua. ¿Es algo que se propone al escribir?
–Me gusta usar las palabras como un juguete de niños porque la mirada infantil enriquece mucho a la poesía, permite analogías imprevistas y una sorpresa con las cosas que tal vez sea el principio de la manifestación poética. Muchos de mis poemas y canciones incluyen algo de la sorpresa y del extrañamiento de la mirada infantil sobre el mundo. Creo que de la convivencia con mis hijos, cuando eran pequeños vino esa fascinación por las analogías imprevistas, la libertad en el uso del lenguaje. También hay un deseo de definición, de foco, de dar sentido corriéndose de los límites de la lengua porque que hay formas gramaticalmente incorrectas que cargan más de sentido una frase que en su forma correcta.
–¿Cómo cree que se conectan sus públicos masivos en el caso de la música y muy selectivo en el caso de los lectores de poemas?
–Yo vivo en una paradoja. Trabajo el lenguaje en áreas muy minoritarias como la poesía. Y las canciones en una lengua masiva como es la música que yo hago, que está ligada a la canción popular. Entonces creo que son mercados y públicos distintos. Lo que sí me interesa es contrabandear de uno hacia el otro. Que mis seguidores por la música de pronto compren un libro de poemas. O al revés. Eso sería importante. ¡Ojalá se diera así! Soy un privilegiado en el mercado de la poesía porque tengo un megáfono que me lo da la música.
–¿Le siguen pidiendo el segundo disco de Tribalistas?
–Lo siguen pidiendo, sí. Pero Tribalistas fue un disco de encuentro con mis queridos amigos Carlinhos y Marisa. Que devino en un puñado de canciones que luego fueron grabadas. Marisa Monte había venido desde otra ciudad a grabar por unos días su participación en mi disco y se terminó quedando una semana.  Por el momento no hay un plan de continuarlo. Pero sé que es un disco muy querido y que aquí tuvo muy  buena recepción.
–¿La creación es para usted más placer que dolor?
–Es siempre una buena sensación. Nunca asocié mi expresión artística con sentimientos de sufrimiento. El acto de creación es siempre placentero para mí, por eso redime el dolor expresado, aunque esto no quiere decir que sea fácil. Muchas veces este proceso envuelve un cuerpo a cuerpo con el lenguaje que es muy trabajoso. «

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