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y reseña de la nota publicada en La Nación
Festival de Cannes
Tiempo de argentinos
Gran
fin de semana para el cine local: tras la gala de ayer con Relatos
salvajes, Lisandro Alonso marcará hoy un récord al presentar su quinto
film en el encuentro cinéfilo
CANNES.-
Cuando faltan pocos días para el inicio de la Copa del Mundo de fútbol,
el cine argentino tuvo ayer "su" Mundial con la presentación de Relatos salvajes
, de Damián Szifron, en la Competencia Oficial del principal festival
del planeta. Y así como la selección tiene a Messi, el Kun Agüero y Di
María, la delegación argentina contó en la alfombra roja de ese templo
del séptimo arte que es la Sala Lumière con uno de sus directores más
talentosos (conocido por el film Tiempo de valiente s, pero sobre todo por la serie televisiva Los simuladores
) y con varias de sus principales estrellas (Ricardo Darín, Oscar
Martínez, Leonardo Sbaraglia y Erica Rivas), acompañadas por un invitado
de lujo como Pedro Almodóvar, uno de los coproductores del film.
Si
bien los nervios y las emociones por ese momento consagratorio para
cualquier artista duraron todo el día, el equipo de esta notable
película ya había recibido algunas horas antes (como se informó en la
edición de ayer) varios espaldarazos. Por un lado, fue adquirida por los
estudios Warner y Sony para su estreno comercial en varios mercados
(Estados Unidos, Francia, España y Australia), y, por otro, recibió
críticas laudatorias en los medios más influyentes del negocio: Variety,
The Hollywood Reporter, Screen e IndieWire. Entre los diarios europeos,
la cosa estuvo más repartida: elogios en El País de Madrid y
cuestionamientos en Le Monde.La maratón de Relatos salvajes había arrancado el viernes con la función de prensa, donde los críticos -generalmente poco expresivos- aplaudieron luego de cada uno de los seis cortos en que se divide el film y, claro, tras su finalización. Ayer hubo una primera proyección matinal en la inmensa (2300 butacas) Sala Lumière, el photocall oficial y la conferencia de prensa. Por la noche, el equipo completo (están casi todos sus productores) y hasta la presidenta del Incaa, Lucrecia Cardoso, desfilaron por la alfombra roja junto a Szifron, quien también contó con el acompañamiento de su mujer, María Marull, coprotagonista del episodio inaugural de Relatos salvajes, que lucía orgullosa su avanzado embarazo de la que será la primera hija de la pareja. La jornada cerró con una merecida celebración en el restaurante Le Tube.
Relatos salvajes -cuyo estreno en la Argentina será el 14 de agosto- propone una mirada impiadosa, desgarradora, sobre las miserias, contradicciones, cinismo, hipocresía y doble moral de una sociedad argentina siempre crispada y en descomposición. A partir de un impresionante despliegue de recursos (incluidos sofisticados efectos visuales), Szifron apela al humor negro, al absurdo y a la explosión de violencia en historias que por momentos remiten a La dimensión desconocida, Cuentos asombrosos, Después de hora, Un día de furia, a comedias italianas como Los monstruos, de Dino Risi, al spaghetti western, y al cine del propio Almodóvar, Alex de la Iglesia, Quentin Tarantino y los hermanos Coen, en las que aborda cuestiones muy actuales como, por ejemplo, la justicia por mano propia. Más allá de las inevitables controversias ideológicas que el film generará, en el terreno artístico el resultado es apabullante, fascinante y demoledor.
En charla con la prensa internacional, Szifron indicó que "desde el comienzo tenía en claro que quería narrar historias independientes, como si fuese una antología de cuentos. No tenía temor a lo episódico, no quería inventar personajes para conectarlos de manera arbitraria en los distintos cortos. Quise ser respetuoso de mi imaginación, de la propia naturaleza y cadencia de cada situación. Había escrito unos 14 guiones y elegí 6 para desarrollar y filmar. Sólo uno, de ciencia ficción, no se pudo hacer porque resultaba muy caro".
Para el realizador de El fondo del mar y Hermanos & detectives, "la vinculación entre las historias se da por su mirada catártica a las sensaciones y emociones que nos provoca la realidad, sobre todo aquello primitivo y salvaje que tenemos reprimido hasta que explota. Es una montaña rusa emocional sobre gente que está al borde de un ataque de nervios", indicó mientras miraba sonriente a Almodóvar, sentado en la primera fila de la conferencia de prensa. "Pedro es un director que admiro profundamente, un cinéfilo que como yo se nutre de otras películas para luego sumarle observaciones personales."
Szifron reivindicó el humor negro en el cine, cuestionó "la solemnidad y la impostación que hay en muchas películas supuestamente importantes" y cargó contra los políticos ("si hicieran bien su trabajo la gente viviría con mayor armonía y no se producirían conflictos como los que narra la película"). A su lado, el productor Hugo Sigman, que ironizó sobre el mote de "empresario kirchnerista que todos me endilgan", aseguró que el film "no molestará a la presidenta, ya que Cristina es muy cinéfila y lo que se cuenta aquí no sólo ocurre en la Argentina sino que son situaciones de alcance universal".
Si bien la charla estuvo casi monopolizada por Szifron, tanto Ricardo Darín como Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas y Oscar Martínez elogiaron al cineasta de 38 años. "Es un ejemplo de perfeccionismo, entusiasmo, precisión y seguridad", dijo Darín. "No había margen para la improvisación, estaba todo escrito", aseguró Martínez. "Damián tenía en claro cada palabra, cada coma, cada inflexión, fuimos parte de la orquesta de un gran director y sólo hubo que acompañarlo y aportar con algún gesto o desde lo físico", agregó Sbaraglia. "Yo ya había trabajado con él y conocía su manera de filmar. Hay que ir al set con toda la disponibilidad y apertura posibles", concluyó Rivas..
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