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sábado, 24 de mayo de 2014

Tierra Santa: Bartolomé I y Francisco a 50 años del abrazo entre el Patriarca Atenágoras y Pablo VI, pioneros del diálogo católico-ortodoxo

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análisisdigital.org



Bartolomé I invita al Papa a visitar Constantinopla y a viajar juntos a Tierra Santa

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El Patriarca ecuménico de Constantinopla ha invitado al Papa Francisco a realizar juntos un viaje a Tierra Santa el próximo año, para recordar los 50 años del abrazo entre el Patriarca Atenágoras y Pablo VI, pioneros del diálogo católico-ortodoxo. En el encuentro privado entre Bartolomé y Francisco han surgido otras pistas unitarias: compromiso por el diálogo teológico; trabajo común en defensa del ambiente; una visita a El Fanar para noviembre próximo, en el respeto de los necesarios canales diplomáticos.
Previamente, durante el encuentro del Pontífice con todos los representantes cristianos y religiosos, Bartolomé I ha sido la única autoridad en dirigir una alocución al Papa Francisco. En ella, el Patriarca subrayó que es necesario hacer creíble “el testimonio cristiano” a través de “la unidad de las Iglesias”, para afrontar la crisis económica mundial y las “tendencias mundanas” que reducen la vida sólo al horizonte terreno.

Las palabras de Bartolomé están en profunda sintonía con el “programa” de “custodiar”, trazado ayer por el Pontífice en la Misa de inauguración. Como prueba de la gran unidad entre ambos, introduciendo su discurso, el Papa Francisco se ha dirigido al Patriarca llamándolo “mi hermano Andrés”, en recuerdo del vínculo de sangre entre los dos Apóstoles, patronos de las dos Iglesias: Andrés para Constantinopla, Pedro para Roma, definidos “el primero de los llamados” y “el primero de los apóstoles”.

Bartolomé – al igual que Francisco – ha recordado a Benedicto XVI, “hombre manso, que se ha distinguido por su conocimiento teológico y su caridad”. Trazando luego “la tarea y las responsabilidades… enormes” que esperan al Papa, él ha citado en primer lugar “la unidad de las Iglesias cristianas”, que es “la primera y la más importante de nuestras preocupaciones”, para que “nuestro testimonio cristiano pueda ser creíble a los ojos de los que están cerca y de los que están lejos”. Por esto es necesario continuar el “diálogo teológico” entre católicos y ortodoxos, basándose en la experiencia y la tradición indivisa de los primeros mil años.

Otro “imperativo” es la crisis económica mundial, en la cual es necesario que “aquellos que más tienen sean estimulados a ofrecer lo propio”, para que “por medio de la justicia, sea asegurada la paz”.

Bartolomé ha puesto de relieve que el Papa Bergoglio tiene un “largo y apreciado ministerio como Buen Samaritano en América Latina” y ha experimentado “como pocos otros la amargura del sufrimiento y de la miseria humana”. Y con palabras similares a las usadas por Francisco en su homilía de ayer, ha añadido: “Tenemos el deber de alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, curar a los enfermos…”.

El Patriarca ha elogiado luego la “opción de la sencillez” realizada por el Papa, necesaria para corregir “concepciones mundanas” surgidas entre los cristianos, pero también “tendencias mundanas” presentes en todas partes, que reducen la “justicia”, la “misericordia”, la “colaboración” entre los hombres, permaneciendo demasiado apegados a la tierra. “La Iglesia – dijo Bartolomé – bendice la vida terrena, pero no pone en ella el término de su misión”; es necesario corregir las “concepciones mundanas” para que el hombre vuelva a su “belleza originaria, la de la caridad”.

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