de
La Nación
Humor, informalidad, promesas y selfies en pleno vuelo
En el viaje a Amman, Francisco se acercó a dialogar con los 70 periodistas
A BORDO DEL AVIÓN PAPAL.- Fue un corto momento con todo tipo de situación: una periodista italiana se hizo una selfie con él; un camarógrafo francés le dio una carta de un pariente
enfermo; un reportero palestino cristiano le pidió, emocionado, que lo
bendijera, y un colega español le regaló una antigua edición de un
diario que destacaba el histórico viaje del papa Pablo VI a Jerusalén
para encontrarse con el patriarca ortodoxo Atenágoras, hace 50 años.
Así
como ocurrió durante el vuelo que llevó a Francisco a Brasil, en julio
pasado, la informalidad se adueñó ayer del vuelo papal de Alitalia.En las tres horas y 45 minutos que duró el viaje de 2365 kilómetros desde el aeropuerto romano de Fiumicino, Jorge Bergoglio volvió a sorprender con su humildad y calidez.
"Los leones no muerden"
"Buen día, gracias por su presencia, por su servicio, por su ayuda, gracias", saludó el Papa a los 70 periodistas de 15 países presentes, luego de aparecer en la parte trasera del Airbus A-321 cuando ni siquiera habían pasado 30 minutos desde el despegue.Con humor, Francisco evocó la escena del Antiguo Testamento del profeta Daniel, que al ser arrojado a la fosa de los leones se encontró con fieras apaciguadas que no le hicieron daño. "Pero sé que los leones no muerden", bromeó, como había hecho el año pasado en su primer vuelo rumbo a Río de Janeiro, un viaje mucho más largo.
"Va a ser un viaje muy intenso y para ustedes también", agregó, al volver a agradecer a los periodistas.
"Ustedes tienen que escribir, mirar, observar, pensar en muchas cosas... Les agradezco y rezo por ustedes de corazón", dijo, al anunciar que, como también había hecho en su primer viaje internacional, iba a saludar a todos, uno por uno.
La diferencia fue que esta vez, debido a que el avión era más chico, fue él quien recorrió sin apuros el pasillo y pasó a saludar a los integrantes del vuelo papal.
Preguntas
"En el regreso, aunque uno de ustedes dijo que éste iba a ser un viaje «masacrante», tengo intención de hacer una conferencia de prensa y responder preguntas", adelantó."Buen viaje", concluyó y recibió un fuerte aplauso a 10.000 metros de altura. Entonces comenzó a saludar, uno por uno, sonriente, cálido, informal a los 70 periodistas. Si su discurso duró poco más de un minuto, el saludo duró casi 15.
No fue a las apuradas, sino que el Papa se tomó su tiempo para mirar a los ojos e intercambiar palabras con cada uno.
La frase que más se oyó, al final de cada encuentro, fue su clásico: "Recen por mí"..
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