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14 de Septiembre de 2014
También fustigaron las promesas de efectos rápidos y milagrosos de ciertos regímenes
Sostienen que el placer es clave para mejorar las dietas de adelgazamiento
Los esfuerzos para reducir el sobrepeso basados en la restricción, la prohibición y la regulación no son efectivos, según la opinión que dieron algunos expertos en la segunda jornada de la Serie Científica Latinoamericana 2014.
Goloso
- Manteniendo una dieta equilibrada es posible darse algunos gustos,
consumiendo alimentos placenteros como una buena porción de torta de
chocolate - Foto: soledad quiroga
Epicuro definió el placer como la satisfacción de las necesidades del cuerpo y la tranquilidad del alma. En este caso, se trata de darle más lugar al placer en la dieta y permitirse comer con moderación todo tipo de alimentos para abordar de otra forma el problema de la obesidad, que aumentó un 42,5% en el país en los últimos ocho años, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del INDEC.
De esto hablaron especialistas en salud de todo el mundo en la Segunda Jornada de la Serie Científica Latinoamericana 2014, acerca de cómo mejorar los hábitos de vida y sumarle al tema del sobrepeso un detalle vedado: el placer.
¿Cuál es el error más común en el que incurren las dietas milagrosas que tanto promocionan las tapas de revistas femeninas? La especialista en Nutrición con orientación en Obesidad, de la Universidad Favaloro, Mónica Katz, explica a este diario que justamente es la rapidez con la que prometen resultados milagrosos el gran riesgo. "Mientras se siga buscando la dieta ideal que nos haga perder mucho peso rápido, no podremos frenar la epidemia de obesidad. Estamos creando una cultura en la que comer es un ilícito y la comida un pecado capital si se desea ser saludable. Así es que demonizamos las carnes y crece el veganismo, demonizamos los hidratos, las pastas, la banana, el pan, y avalamos dietas peligrosas llenas de grasas saturadas y colesterol y sin hidratos, que a la larga tienen efectos emocionales y cognitivos por la falta de glucosa en el cerebro. Demonizamos los lácteos, aunque una de las carencias predominantes a nivel país es el calcio, y así también grupos completos de alimentos, aislándolos de lo que se considera una dieta saludable", dice Katz.
En este sentido opina: "Comer rico es un derecho. Todo alimento puede ser parte de una alimentación saludable siempre que sea consumido con moderación". Y explicó que la clave es correr lo prohibitivo de la dieta volviéndolo permitido: "todo alimento puede ser parte de una alimentación saludable siempre que se consuma en porciones controladas y se complemente con actividad física. Uno debe preguntarse: ¿ qué no puede faltar en mi alimentación diaria; chocolates, pan? Una vez que tenemos la respuesta, debemos incluir esos alimentos cada día, algo así como legalizar el placer, volverlo cotidiano, porque esa certeza baja la ansiedad y el deseo."
Paul Rozin, miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, también pone el acento en cuánto se come: "No se debe sacrificar el buen sabor de los alimentos por su contenido calórico, sino encontrar la medida adecuada en las porciones para poder disfrutar de la comida, sin que ello se traduzca en un aumento de peso", dijo.
Para graficarlo, explicó la "paradoja francesa": Francia tiene un 50% menos de obesidad que Estados Unidos, aún cuando los galos se permiten comer muchas más grasas. ¿Cuál es el secreto? Un estudio comparó los tamaños de los productos alimenticios individuales de supermercados franceses y norteamericanos. La porción promedio de comida en París es de 277 gramos, contra 346 gramos en Estados Unidos, es decir, las porciones yanquis son 25% más abundantes.
Encontrar, entonces, la medida adecuada en las comidas diarias puede ser una de las claves para combatir el sobrepeso. «
La encuesta nacional
Según informó la tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Indec y el Ministerio de Salud de la Nación que indaga sobre la salud general de los argentinos, seis de cada diez personas sufren exceso de peso y dos de cada diez, obesidad.
La obesidad aumentó en un 42,5% en los últimos ocho años (pasó del 14,6% al 20,8%) y resultó mucho mayor entre los varones con bajo nivel educativo
También se concluyó que los hábitos alimentarios de la población son deficientes. El promedio diario de porciones de frutas o verduras consumidas es del 1,9% por persona, lejos de las cinco porciones diarias recomendadas.
Más de la mitad de la población afirmó que la actividad física que realizan es baja (55,1%).
Dos de cada diez personas evaluaron su salud como mala o regular, la cifra fue mayor entre las mujeres con menor nivel de ingresos.
Una de cada cuatro personas reconoció consumir tabaco, aunque la cifra mejoró respecto de años anteriores. El consumo bajó desde el 2005 del 29,7% al 25,1 por ciento.
El trabajo se realizó en 2013 y recabó información de 32.365 personas de 18 años en adelante y residentes en localidades de más de 5 mil habitantes.
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