En la segunda mitad de los 60, Filo tenía 15000 estudiantes de Psicología, 1500 de Sociología y un número menor se repartía entre las demás carreras de esa Facultad. En la primera clase de su materia Introducción a la Historia, Antonio J. Pérez Amuchástegui señalaba esos datos y proponía el diseño didáctico para la cursada: estudiariamos el hecho histórico -la definición de historia que citamos en el post Del Epos a la historia científica -es el nombre del libro que escribió con Jorge Luis Cassani-.
Nos serviría a todos en nuestras distintas carreras.
Sus clases eran de las más concurridas. Las teóricas no eran obligatorias, pero asistir era aprender.
Recuerdo su simpatía, siempre estaba contento.
Años después lo saludé agradecido en unas jornadas en Quilmes -al día de hoy no encontré datos sobre el evento-. Exponía en un panel -También estaban Alberto Rex Gonzalez y José Goldar-, asistí con el entusiasmo de mi época de estudiante. Esta vez, me acompañaba Cristina.
Antonio J. Pérez Amuchástegui, entre la cátedra y el kiosco
Autor:
Rodrigo Hugo Amuchástegui
El autor encabeza su estudio biográfico sobre
Antonio J. Pérez Amuchástegui con una frase propia
“no ningunees hoy
que serás ninguneado
mañana”
(RHA)
que serás ninguneado
mañana”
(RHA)
En un tramo de su estudio, RHA se refiere a su intensa actividad docente y cita una frase de Antonio J. Pérez Amuchástegui
Fue un profesor popular. Dirigió hasta 1976, 12 doctorados y 13 licenciaturas, y al respecto dijo seguramente hay escasez de profesores y por ello mi éxito. Mi verdadera función debe consistir en brindar mi experiencia a quien crea necesitarla. Ese es mi es mi más legítimo orgullo: tengo discípulos.
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